Durante la semana de ARCO y el resto de
ferias de arte en Madrid, aparecieron unas fotos por mis redes
sociales que captaron absolutamente mi atención. Eran fotos de
colegas y amigos que habían asistido a lo que parecía ser una
inauguración pero que, cuanto menos, era bastante extraña. El
título de todas las fotos era: "Se alquila cuarto SEMI
amueblado".
Estando Susi Blas de por medio no podía
tratarse de otra cosa que un proyecto artístico, pero veamos: ¿en
una casa? ¿una casa con sus inquilinos dentro y todo? La respuesta
es sí.
El Cuarto de Invitados es un proyecto
sin ánimo de lucro recién estrenado. "Un espacio en nuestra
propia casa, un piso en el céntrico barrio de Lavapiés", dicen
en su web los nueve anfitriones (anfitriones todos aunque
solo tres viven en ese piso), que han puesto la iniciativa en marcha.
Son nueve chicos licenciados en BBAA por el CES Felipe II de
Aranjuez: Antonio Gómez, Víctor Gutiérrez, Ciprian Burete, Marta
Abril, Juan Jurado, Valeria Cámara, Manuel Ruiz Francisco Javier
Ruiz y Milad Nouiouat, y que además de llevar a cabo sus propias
propuestas artísticas, han decidido impulsar la gestión de un
espacio íntimo en el que la experiencia artística/crítica es la
principal preocupación. Un lugar que quiere cambiar el contexto en el que se disfruta del arte contemporáneo, si
no absolutamente, sí en cuanto a su capacidad de acción: del espacio institucional al
espacio de intimidad.
¿Y qué ocurre, entonces, cuando
abrimos nuestros espacios privados a los otros con una intención
artística?
El primer rasgo característico de esta
experiencia es la autogestión. Siendo el salón de su casa una sala
de exposiciones, como habréis pensado ya, no cuentan con presupuesto
institucional ni público para sufragar los gastos que las exposiciones ocasionen ni, por supuesto, para pagar a artistas ni comisarios. Me
pasa por la cabeza que eso en este país no es demasiado extraño,
que la mayoría de las exposiciones no contemplan el pago a los
artistas, y los comisarios solo pueden atreverse a pedir unos
honorarios cuando ya tienen una larguísima trayectoria o en
circunstancias muy especiales. Lo que sí proporciona la autogestión
es una mayor libertad temática, ideológica, artística, social. En
esta habitación se puede hablar de todo: puede reflexionar el arte
sobre sí mismo, sobre el nosotros como sociedad, sobre el otro para
reconocerlo, sobre problemáticas del ahora.
El primer comisario fue Óscar Alonso Molina, doctor en BBAA, comisario independiente y profesor de los
nueve anfitriones que ha guiado y apadrinado el proyecto desde el
inicio, y que llevó los dibujos del artista Abdul Vas a la
habitación llenándola de murales, escenas de conciertos de AC/DC.
Óscar eligió y pasó el relevo a Susi
Blas, profesional a la que admiro y aprecio, historiadora del arte
contemporáneo especializada en creación audiovisual, comisaria y
crítica con especial atención en las cuestiones de género. En la
actualidad es redactora del espacio cultural de televisión
Metrópolis de TVE2. Susi seleccionó al artista Dosjotas conocido
por sus intervenciones urbanas cargadas de crítica política y
social: "La ciudad vista como un
campo de acción e intervención artística. No desde una perspectiva
formal, estética o decorativa, ni como una visión monumental del
espacio público, sino como el terreno concreto donde cuestionar y
criticar nuestra sociedad, nuestros hábitos y nuestras ideas."
El proyecto "Cuarto SEMI amueblado" se ha lanzado de forma inteligente e irónica en
páginas de alquiler como Idealista y otras, haciéndonos dudar si se
trataba de un proyecto artístico o, verdaderamente, se alquilaba una
habitación "sin calefacción ni baño" al precio de 2200
euros + 2200 más de fianza.
El Cuarto de Invitados está ocupado
por dos literas viejas, arañadas, desconchadas, con colchones sucios
y rotos, y nada más. A la entrada, en el hall del piso, encontramos
los carteles de "SE ALQUILA" con todos los detalles; algunos de los
correos que los usuarios de estas páginas inmobiliarias preguntando,
asombrados, si ese es el precio verdadero o sobra algún cero; varios
comentarios en redes sociales sobre los anuncios (entre ellos, los
míos); un vídeo promocional siguiendo la estética propia del
mercado inmobiliario y una hoja de sala en la que más que un texto
comisarial se plantea un choque entre tres factores: la visión del
mercado (inmobiliario y artístico), la visión del joven profesional
que busca habitación en un lugar "cool" de Madrid, y la
visión del migrante obligado a una "cama caliente".
Un proyecto redondo en mi opinión, que
da lugar a la reflexión no solo sobre la realidad de los jóvenes en
cuanto a acceso a la vivienda, también a la problemática de este
mismo acceso de los migrantes que viven en Lavapiés, y de camino, al
valor y precio de la obra de arte. Valor cultural/social y precio
económico. ¿Cuánto puedes pagar por un lugar en el que vivir tú
artista, tú gestor cultural, tú vendedor ambulante? ¿Cuál es el
precio de una obra de arte en el mercado? ¿Y fuera de él? ¿Y en un
cuarto de invitados?
Si bien es cierto que este tipo de experiencias ya se han presentado con anterioridad en España, no podemos decir que exista un verdadero tejido de iniciativas artísticas autogestionadas como en Alemania y otros países de Europa. Un ejemplo es Casa Sostoa en Málaga, proyecto con unos cuantos años ya de recorrido y que en este momento expone la obra de Moreno/Grau. Existen otros tantos en Madrid o Barcelona, pero quizá esta es la primera vez en la que el conjunto de acciones resulta verdaderamente abierto a los agentes externos al colectivo.
El siguiente comisario ha
sido ya anunciado: Susi pasa el relevo a Javier Díaz Guardiola, pero
no será siempre así. De forma puntual en el futuro abrirán convocatoria para selección
de proyectos comisariales. El colectivo también está interesado en la realización de actividades paralelas que se desarrollen en torno a la exposición del momento.
El cuarto SEMI amueblado sigue en alquiler. Podéis pasar a visitarlo los sábados y domingos de 12 a 14:30, y si os apetece,
también podéis comenzar a idear actividades o exposiciones para
presentar cuando llegue el momento.