No hay donde agarrarse. Ningunas manos tiran hacia sí de tu cuerpo translúcido.
Haces como que nadas en este limbo gaseoso. A veces denso. No avanzas.
Piedras. Necesitas piedras en los bolsillos. Manos, brazos, labios, cabezas, certezas. Recuperar el peso.
Y dejarte caer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario