martes, 8 de julio de 2014

Capítulo 62. AULAB: LA EDUCACIÓN DESDE EL DESCUBRIMIENTO. EL CENTRO DE ARTE COMO HERRAMIENTA.

La realidad de los departamentos educativos de museos o DEAC (departamentos de educación y acción cultural) en el Estado Español tiene sus propias peculiaridades. No es de extrañar pues, que en todos los casos, la historia ha ido marcando y propiciando el nacimiento de estos departamentos en unos contextos muy determinados.

Imagen: LABoral

Históricamente, estos departamentos surgen de la necesidad de la nueva pedagogía implantada en las escuelas españolas en los años 60, que alejándose del modelo de educación memorística en el aula, optan por una escuela activa. El profesorado inserta las visitas a museos en el programa educativo con la intención involucrar al alumnado, a través de la experiencia, en la construcción de conocimiento. De este modo, los museos comienzan a necesitar profesionales que puedan ofrecer respuesta a esta creciente demanda que llena sus salas. En un primer momento serán los mismos profesores los que realicen esta actividad en museos. Algunos incluso, abandonarán la enseñanza reglada para incluirse en la dinámica de las instituciones museísticas.

Será en los años 80 cuando las visitas pedagógicas amplíen su abanico, hasta entonces muy centrado en los escolares, influenciados entre otras corrientes por la Nueva Museología. La demanda casi masificada ocasionará que se ideen actividades para colectivos predeterminados, pero también para público en general. Esta actitud fue criticada como populista, ya que gracias a las visitas y actividades organizadas por los departamentos de educación, el museo conseguía gran número de visitantes, valorando así la labor pedagógica más por lo cuantitativo que por lo cualitativo.

Hoy día la situación no ha cambiado radicalmente, si bien los avances, tanto en investigación como en práctica, son considerables y de calidad. Los profesionales de los DEAC no se suelen sentir integrados dentro de la propia dinámica del museo, y en muchos casos, se entiende como un departamento accesorio y fácilmente externalizable. La necesidad de incluirlos dentro de la concepción general de la institución, de cualquier planteamiento de la misma, es una urgencia. Además, los educadores de museos piden construir relatos críticos y maduros, en los que la voz institucional pueda confrontarse. La creación de conocimiento de forma colaborativa basada en la inteligencia colectiva es su mayor argumento.




Extraigo palabras del texto Del paradigma modernista al posmuseo: seis retos a partir del giro educativo, de María Acaso:

"En la conjunción del arte, la tecnología y los museos nos encontramos con lo colaborativo como un eje central en la ejecución de este giro que estamos viviendo. Las referencias a este concepto son constantes en prácticamente todos los textos de los teóricos que escriben sobre educación y arte en estos momentos y, en la mayoría de los casos, la herramienta para conseguir una colaboración eficaz es la tecnología. Pero ¿en cuántas instituciones esta apuesta por lo colaborativo se está ejecutando de manera real?, ¿en cuántos centros la tecnología no deja de ser una herramienta de gestión o de exposición?, ¿no sería ahora el momento de utilizar la tecnología para generar canales de comunicación verdaderamente interactivos de manera que los públicos se inserten en los procesos de selección, de diseño y de construcción de las actividades del museo? Algunas instituciones han comenzado a desarrollar este giro como La Laboral (Gijón), donde en el año 2009 se invitó a una escuela tal a desarrollar junto con un grupo de artistas un proyecto sobre el tiempo, los caracoles y el correo electrónico en el que los estudiantes de primaria ejercían un rol protagónico. Pero este caso sigue siendo una excepción".

Desde sus inicios, en LABoral la preocupación por lo educativo ha sido una constante. Se concibe el museo no como un espacio al que asistimos como agentes pasivos, sino muy al contrario, como agentes activos en el que se aprende a través de la experiencia personal, colaborativa y común.


Imagen: LABoral.

AuLAB nace como un proyecto didáctico destinado a los alumnos de enseñanza primaria, secundaria, bachilleratos y módulos formativos. Para ello, las propuestas se elaboran contando con los centros y el profesorado, para así adaptarlas específicamente a las necesidades y particularidades de cada grupo. Para ello se elaboran programas educativos en forma de proyectos, en los que el centro de arte es un dispositivo pedagógico en sí mismo. LABoral abre sus talleres, pone a disposición de los escolares y ciudadanos sus instalaciones y equipamientos, ofreciéndonos todos los recursos disponibles a su alcance para construir aprendizaje a través del descubrimiento de los procesos, del estímulo de la creatividad, y del sentido crítico: aprender a aprender.

Los objetivos planteados en el proyecto, que encabeza Lucía Arias, son los siguientes:

- Diseñar y analizar diferentes actividades formales y no formales que contribuyan desarrollar en el centro un espacio de participación y una cultura de trabajo abierta al entorno, que favorezca los diferentes ámbitos de desarrollo personal del alumnado.

- Proporcionar al profesorado saberes y herramientas que le permitan acercarse a nuevos espacios de aprendizaje.

- Lograr la autonomía del profesorado en el diseño, desarrollo y evaluación de actividades y entornos de aprendizaje basados en la metodología de trabajo por proyectos.

- Fomentar una reflexión crítica sobre el papel de las tecnologías de la información y la comunicación en el contexto educativo.

- Cambiar la percepción del alumnado y del profesorado sobre su relación con las tecnologías: pasar de ser usuario pasivo a conocedor de las mismas.

- Promover cambios en los modelos organizativos y curriculares de los centros educativos.

Estos objetivos se materializan en diferentes niveles de actuación y de actividades, en las que el uso transversal, educativo y social de las TIC es el punto de partida:

- Programa anual de visitas-taller a las exposiciones y proyectos, que pretende acercar la práctica artística, los temas clave del arte y la cultura tecnológica al público, especialmente a la comunidad educativa, los más jóvenes y colectivos en riesgo de exclusión.

- Programa AuLAB, en colaboración con la Dirección General de Formación Profesional, Desarrollo Curricular e Innovación Educativa de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes del Principado de Asturias. Se trata de un aula experimental, integrada en la vida de los centros que se articula a través de la programación didáctica y que tiene como finalidad última el desarrollo personal del alumnado a través de las competencias básicas. Su objetivo es proporcionar un conocimiento del lenguaje tecnológico y lograr un uso transversal de las TIC fomentando, al tiempo, la experimentación y el pensamiento crítico en esta ocasión con centros educativos participantes en el programa contrato programa. En el curso 2013-2014 han participado 23 centros educativos de Asturias

- La programación anual se articula en torno a tres ejes: Aprender a través del diseño, dirigido por Susanna Tesconi, en el que se realiza la fabricación de un artefacto diseñado digitalmente en los talleres del FabLAB; TV-LAB, dirigido por el colectivo Neokinok, es un laboratorio de televisión experimental en el que se reflexiona sobre los medios de comunicación y se activa la creatividad realizando programas televisivos emitidos en internet; e Introducción a la programación, en el que Luis Díaz, responsable de proyectos de fabLAB Asturias, pone en contacto a los alumnos con los conceptos y funcionamientos básicos de la tecnología digital, de manera que el alumnado pase de ser simple consumidor de tecnología, a convertirse en un conocedor de sus procesos y funcionamientos.




AuLAb ya ha recibido un merecido reconocimiento, no solo en nuestro país, sino a nivel internacional.

En octubre de 2013, Lucía Arias y Susanna Tesconi, fueron invitadas a la Universidad de Stanford (EEUU), reconocida como una de las instituciones claves en la investigación educativa, para compartir la experiencia del Programa de Prevención del Abandono Escolar llevado a cabo en LABoral, en un foro de expertos o FabLearn. El proyecto fue realizado con alumnos de 12 centros escolares asturianos durante el curso 2012-13, con alentadores resultados.

También en 2013, LABoral recibió el premio al Mejor Programa Pedagógico en los RAC, los premios del arte contemporáneo nacional, organizados entre otros por el IAC, Instituto de Arte Contemporáneo.

Recientemente, el mes pasado para ser exactos, LABoral presentó su Programa de Diseño y Fabricación Digital en FabLearn Europe, la primera conferencia europea sobre fabricación digital y educación. El evento ha sido organizado de forma conjunta por tres universidades de prestigio: la Universidad danesa de Aarhus, la de Stanford (EE.UU) y la Bremen (Alemania).

En la sede de la Universidad danesa, Lucía Arias y Susanna Tesconi, presentaron la experiencia educativa realizada con el colegio público La Ablaña-La Pereda, de Mieres. En ella, el colegio junto con el FabLAB Asturias de LABoral, proyectaron la producción de una casa para gusanos en la que todos los escolares participaron de forma activa ideando y produciendo prototipos. Una vez elegida conjuntamente la propuesta más adecuada, los alumnos diseñaron una estrategia de difusión de los resultados a través de su blog y sus redes sociales.


Imagen: LABoral

Por todo ello se puede afirmar que AuLAB es un ejemplo dentro de los departamentos educativos españoles, que pone en práctica iniciativas originales, que aporta valor y enriquecimiento tanto a nivel individual como colectivo a los alumnos, impulsando la construcción de ciudadanos críticos, con capacidad en la toma de decisiones y resolución de problemas. Los excelentes resultados avalan estas líneas de trabajo, resaltando el compromiso de sus profesionales con la educación y el acercamiento de la tecnología a la sociedad.

Referencias:







martes, 1 de julio de 2014

Capítulo 61. Conclusiones #MuseosPro.

Hace ya más de dos meses, el primer post lo escribimos días antes de Semana Santa, Almudena y yo nos pusimos manos a la obra con #MuseosPro. Y no solo nosotras, desde el primer momento la iniciativa ha sido colaborativa. Os consultamos sobre cada nueva acción a llevar a cabo, desde el hashtag, hasta la periodicidad de los debates. Desde el horario, hasta el nombre del proyecto. Por ello, #MuseosPro es de todos nosotros. Por nuestra parte, el trabajo, que ha sido mucho, consistió en darle forma y materializar la plataforma para que todos pudiéramos aportar.

#MuseosPro acaba aquí y mirando hacia atrás, valorando pros y contras, no puedo estar más contenta. Muchos días lo he odiado: más de diez horas delante del ordenador, cientos de correos con Almudena para acordar cualquier mínimo detalle, numerosas reuniones por skype entre nosotras y con nuestro patrocinador BAU app... Pero ahora, ya pasado, creo que ha sido verdaderamente enriquecedor. Para mí personalmente muchísimo. He aprendido a velocidad récord las labores básicas de community manager, a organizar ideológicamente una web, a gestionar los contenidos, a darle lógica a una idea que me pasó por la cabeza y lancé al aire durante la #MuseumWeek, sin saber que se convertiría en una colaboración en la que se implicarían tantos profesionales

Sé que hay detractores, nunca llueve a gusto de todos, pero por mi parte, aún sabiendo que existen cosas mejorables, estoy convencida de que hemos cumplido los objetivos que nos proponíamos: sacar a la luz las problemáticas que los trabajadores de museos y museólogos tenemos a la hora de trabajar o de buscar trabajo; aportar experiencias y reflexiones sobre temas como formación, contratación, etc; compartir visiones acerca de qué debería de ser el trabajo en un museo, cómo se debería distribuir, qué características debe tener un equipo de trabajo, cómo se debería configurar, qué perfiles debe contener, etc; hacer autocrítica, mirarnos a nosotros mismos para ser conscientes de nuestros fallos y poder corregirlos...

En todo esto, Almudena y yo hemos actuado como directoras de orquesta, poniendo por supuesto nuestro granito de arena en forma de opiniones, posts, experiencia y formación personal que pudiera, al compartirla, hacernos ver problemáticas o puntos fuertes de este ámbito. Pero no puedo estar más orgullosa de los posts escritos por nuestros colaboradores. A cuál mejor. Todos llenos de coherencia, ilusión y ganas de mejorar nuestro terreno de trabajo. Alimentándose los unos de los otros. Todos de todos. En mi opinión, no solo hemos cumplido con las expectativas: las hemos superado con creces. Hemos creado una red, y no una cualquiera. Esta red se basa en el respeto mutuo, en la profesionalidad, en las ganas de compartir para mejorar lo que es una situación común y verdaderamente preocupante. ¿No es para sentirse feliz?

La participación ha sido asombrosa: nos hemos movido entre los 1715 tuits del primer debate, el de mejores resultados, a los 570 del último, en el que se experimentó una caída considerable y que asocio a la temática del mismo y al cansancio tras un mes de colaboración y de trabajo voluntario. La transcendencia de los debates y de la iniciativa en general, ha sido muy considerable. Desde España hasta latinoamérica, profesionales, instituciones y empresas, se han unido en diferentes formas: dando difusión en sus perfiles, aportando textos, participando activamente en los debates.

Cómo no, también hay que valorar los resultados menos alentadores. Me refiero a la escasa participación de instituciones museísticas. Algunas de ellas han dado difusión al proyecto desde sus perfiles, cosa que agradezco de corazón, pero no han participado en los debates de forma significativa. Creo que en ello nosotros tenemos parte de culpa. El horario no era el más apropiado, ya que de 19 a 21 horas los CM's ya han terminado su jornada laboral y nadie les puede exigir que se unan sacrificando horas de descanso. Pero es cierto que esto me deja un sabor agridulce. ¿Nos han leído? ¿Han escuchado nuestras preocupaciones, críticas y las diferentes soluciones que proponíamos? ¿Sacarán conclusiones de las mismas? Espero que sí. Tengo confianza en ello.

Como resumen, estos son los puntos claros que he sacado:
  • Un museo necesita personal cualificado en su propia área, con conocimientos básicos en museología (puesto que trabaja en un una institución con unas características propias) pero, lo más importante, con una mente abierta, preocupada en aprender, renovarse y colaborar.
  • El museo ideal debería contar con una estructura lo más horizontal posible, en la que los departamentos trabajen de forma transversal, enriqueciéndose los unos de los otros y evitando a toda costa el aislamiento.
  • Se necesita y debe promoverse por parte de la institución, la formación continua de sus trabajadores para estar al tanto de las últimas tendencias, estudios y modos de hacer.
  • Necesitamos formación específica de calidad y en contacto con la realidad. Profesores que tengan formación teórica y práctica, que estén al tanto de lo que ocurre en el momento presente y que formen a profesionales, no a ratones de biblioteca.
  • La sobreformación teórica como respuesta a la falta de salida profesional.
  • La universidad y los museos deberían establecer relaciones y acuerdos para que las prácticas y las necesidades que surjan desde la institución, sean cubiertas por la cantera que se está preparando.
  • Las prácticas formativas no son un trabajo. Los museos no deben valerse de ellas para suplir al profesional que no pueden (o no quieren) contratar. Deben comprometerse en formar a través del trabajo cotidiano.
  • Pedimos transparencia en procesos de contratación y de concesión de becas, en base a las necesidades del puesto y al currículum del candidato. Basta de puestos dados a dedo. Más aún si hablamos de museos públicos.
  • Aumento de la externalización de servicios, sea a empresas o autónomos, para cubrir plazas que deberían ser de acceso público y democrático. Normalmente estos servicios se entregan a dedo.
  • Sobrecarga de trabajo en un mismo profesional a causa de los recortes y/o la desviación de fondos.
  • Precarización del trabajo. Sueldos por debajo de la categoría profesional.
  • Personal sobreformado en puestos básicos con sueldos mínimos.
  • Adecuación de las oposiciones (que no salen desde 2009) a la realidad de los museos y de los profesionales que se están demandando. Procedimientos absolutamente obsoletos.
  • Redes de profesionales, como las asociaciones, que se comprometan con la sociedad, con los mismos profesionales, y que establezcan relaciones de cooperación con los museos. Para ello, necesitamos de compromisos reales y sólidos, de dentro hacia afuera y en sentido inverso.
  • Proliferación de redes espontáneas y virtuales que hay que fomentar y promover.

Por todo ello, en mi opinión, #MuseosPro ha servido para sacar a la luz nuestras preocupaciones, nuestras necesidades, nuestras ilusiones y nuestras posibles soluciones. Ha creado comunidad y ese es el mayor logro. Esta relación que hemos establecido, basada en la confianza, debería servir para sentar las bases del camino que queremos seguir y establecer acciones al respecto. Todavía no sabemos cómo. De momento el proyecto acaba aquí, pero seguimos con ganas de avanzar, de colaborar con vosotros y de seguir marcándonos retos conjuntos. La manera no se sabe aún. Es cuestión de ponernos a pensar entre todos.

Espero no dejarme nada en el tintero... Millones de gracias a todos los que, de una u otra forma, habéis participado. Ha sido un auténtico placer compartir tanto con vosotros.