martes, 30 de diciembre de 2014

Capítulo 65. DE CÓMO DEJAR DE HUIR, LLEGAR Y QUEDARSE.

Hace un par de años escribí un post a modo de resumen. Ese artículo, uno de los que más me gusta por ser muy personal y a la vez colectivo, reflejaba una realidad fatal y desesperante en la que hoy seguimos inmersos. Eso no ha cambiado. Lo que sí lo ha hecho es mi situación. O mi persona. O las dos cosas.

El 2014 ha sido un año durísimo, lo que no es ninguna novedad. Mucho trabajo casi siempre por el simple hecho de sentirme útil, de vivir la experiencia, de compartir y ampliar horizontes. Y sí, me ha hecho feliz. Esos momentos (pues cada vez estoy más segura que todo, todo lo que nos ocurre al final, solo son instantes) me han ido descongelando.

Os aseguro que estar lejos de aquello de lo que quieres formar parte, no poder tocar o tomar un café con aquellas personas que te activan mente y cuerpo, sentirte fuera, lejos, que suponga un esfuerzo gigantesco moverte a cualquier lugar para estar, tocar o sentir, acaba convirtiéndose en una especie de cárcel. Una cárcel más o menos dulce porque la comparto con aquellos que nunca fallan y siempre están, mi familia, pero encerrada al fin y al cabo.

... Así, después de cuatro años en coma, congelada, petrificada, en los que he querido hacer mucho y solo he hecho lo que he podido; años en los que he querido sentir mucho pero siempre huía; días, semanas y meses en los que el miedo a todo hacía que me temblara la voz y no quisiera llamar a nadie; horas en las que necesitaba mucho y no sabía cómo expresarlo sin sonar trágica o cómica. Cuatro años, milcuatrocientossesenta días, treintaycincomilcuarenta horas que desde hace un tiempo (inexacto, claro) han dejado de pesar.

La cáscara dura que me cubría, sin saber cómo, ha empezado a caer. He comenzado a decidir y a dejarme llevar, y me siento viva, y quiero arriesgarme, y quiero hacer muchas cosas. Que me ericen la piel, pasarme horas delante del ordenador superando otro reto, quiero reír, llorar, trabajar, saborear, enfadarme, gemir, VIVIR, y no solo ver pasar los días.

Quiero ESTAR, porque ser siempre he sido, pero ser sin estar sirve solo a medias, calma solo un rato. Quiero formar parte de ésto, de aquello, de vosotros, de ti.

Y no ha pasado nada y ha cambiado todo. El 2015 empieza con planes. Me mudo allí donde, por mucho que nos joda (o no), se cuece todo. Quizá el ver las cosas de otra forma ha hecho que mucha gente y cosas buenas, vengan a mí. También los había antes y quiero darles las gracias por haber estado en este tiempo tan difícil. Si hoy puedo escribir esto es por esa “red de afectos” que me ha cuidado. Espero haber correspondido.

... Soy muy afortunada y por eso prometo que haré todo lo que se espera de mí en este nuevo año de planes nuevos y vida nueva: me equivocaré, me caeré, trabajaré duro, besaré, aprenderé, escucharé, abrazaré, diré cosas "sentías", seguiré imaginando un museo más social, compartiré, me cabrearé, buscaré calor, tardaré en llamar, contestaré rápido, me olvidaré de en qué día vivo alguna vez...

Hacedme un hueco. He dejado de irme. Estoy llegando. Ya voy y es para quedarme. ¿Me esperáis?





sábado, 4 de octubre de 2014

Capítulo 64. ¿POR QUÉ EL MUSEO DEBE SER SOCIAL?

 ¿Por qué preguntarse esto ahora? Como sabéis, soy muy defensora de la teoría museológica. La considero un marco en el que encuadrar la práctica, que en la mayoría de los casos, sigue sin apropiarse de estas filosofías, o cuando lo hace, la usa parcialmente buscando básicamente una apariencia de apertura y una subida en las estadísticas de visitantes.

Para otros muchos museólogos y para mí, este cambio debe ser más profundo y radical. Por desgracia, en la mayor parte de los museos de nuestro país, no se ha producido.

Y es que, cuando hablo con amigos que no se encuentran dentro del ámbito de los museos, me sorprende darme cuenta del concepto que tienen de estas instituciones: un lugar en el que se exponen obras maestras del arte (u obras que no comprenden cuando hablamos de arte contemporáneo), que solo visitan ocasionalmente y aprovechando las visitas guiadas como modo de sentirse integrados.

Fundación Jiménez-Arellano Alonso, Arte Africano.Valladolid

Esta situación hace que me plantee muchas preguntas y las respuestas suelen ir siempre en la misma dirección: la mayoría de los museos del Estado Español son públicos, sin embargo, son instituciones que no están verdaderamente comprometidas socialmente, no atienden a las necesidades de la comunidad que las sustenta, siendo su principal objetivo servir de oferta turística. Hablo de generalidades. Tenemos muchos y buenos ejemplos de museos que se esfuerzan por ofrecer servicios útiles a la sociedad, pero mi sensación es que se reduce a ciertos departamentos, como el pedagógico o educativo. No es un fin del museo en sí mismo.

Tres teorías claves nos han llevado a repensar el museo hoy en día. Estas son:

-La Nueva Museología nacida en la década de los sesenta, que tiene como principal representante a Georges Henri Rivière y como principal avance los museos comunitarios y ecomuseos. Esta teoría caló profundamente en la latinoámerica, principalmente en México.

-La Museología Crítica, que aunque se puede decir que nació paralelamente a la teoría anterior, se ha centrado en la crítica de la misma y da pasos decisivos en el avance hacia lo social, pensando el museo como lugar de conflicto en el que todos los agentes sociales tienen cabida en la construcción de conocimiento, incluidas las minorías sociales.

-La Museología Social, muy en la línea de la Museología Crítica, que tomó como marco teórico la Mesa redonda de Santiago de Chile 1972 , pretende hacer del museo una institución dinámica y comprometida con su comunidad, usando para ello las políticas públicas, y de este modo ser nexo de unión entre el pasado y el futuro, tomando parte en la construcción de la realidad.

Fundación Mapfre. Madrid.

La teoría, pues, está muy avanzada respecto a la práctica si entendemos que es el museo social el museo del presente y del futuro. Un museo de todos y para todos. Un ente que construye conocimiento y realidad pero no desde dentro hacia fuera, muy al contrario, debe ser en horizontal. Una herramienta de la que la sociedad se sirve para analizar su estar en el mundo. Quizá esta definición puede parecer idealista y difícil de alcanzar, lo sé. A mí misma me lo parece, pero creo, es aquello hacia lo que debemos tender desde la política, el profesional y los ciudadanos en su conjunto.


"Claramente es un momento para flexibilizar, hackear y transformar la institucionalidad, encontrando las grietas y ubicando dentro de ellas zonas de prototipado; laboratorios de la imaginación dónde mixturar experiencias alternativas de gestión cultural, educación expandida, trabajo en red, activismos, colaboraciones extradiciplinares y de construcción de lo público. "

Por todo ello, somos los mismos profesionales los que debemos fomentar este cambio en el museo no solo desde la teoría, también desde la práctica. Debemos exigir a los políticos que gestionan la cultura y el Estado en general, la responsabilidad e implicación necesaria para que esto suceda. Debemos, como ciudadanos, valernos de estas herramientas que son los museos, que albergan nuestro patrimonio, nuestra identidad, nuestro pasado y presente, apropiarnos de ellos y participar en la construcción de lo que está por venir.

Centro José Guerrero. Granada.

Un museo no puede ser social atendiendo solo al departamento pedagógico o de intermediación, los cuales, hacen una fantástica labor hoy por hoy en la mayoría de ejemplos. Ser social debe contemplarse por adelantado, desde el mismo proyecto museológico, orientando todo el trabajo que se haga en esta dirección. Lo social empieza desde el mismo equipo que compone el museo: departamentos que trabajen de forma transversal y en comunicación, de forma conjunta. Se debe dar voz a los públicos, que son muchos y variados, creando diálogo y participación. Y no solo a ellos, el museo debe servir también a los profesionales y a los artistas. Hoy en día un artista español es reconocido y expuesto antes fuera de nuestras fronteras, que aquí. No se les da la oportunidad que les corresponde. Y esto mismo pasa con los museólogos, educadores, etc, aunque quizá es menos visible.

El boom que vivimos hace pocos años, que dio como resultado enormes museos vacíos de contenido y sin raíces en la comunidad de la que forman parte, nos debe hacer recapacitar y exigir que el dinero público se use por y para lo común. La mayoría estamos hartos de directores y trabajadores de museos que usan su puesto como lanzadera profesional, ideando estrategias para un grupo minoritario de ciudadanos (élite) y hablando al resto desde un escalón superior, prepotente y paternalista. Repito, no siempre es así pero ocurre muy habitualmente.

Dora García.

Sé que muchos pensáis como yo. Otros seguramente no, pero por eso escribo, para que al leernos encontremos quizá puntos de encuentro y nuevas vías de las que aún no nos habíamos percatado.





martes, 16 de septiembre de 2014

Capítulo 65. CUANDO EL ARTE TIENE OLOR.

"Hay perfumes frescos como carnes de niños,
Suaves cual los oboes, verdes como las praderas,
Y otros, corrompidos, ricos y triunfantes,

Que tienen la expansión de cosas infinitas,
Como el ámbar, el almizcle, el benjuí y el incienso,
Que cantan los transportes del espíritu y de los sentidos”


                                                                                                 Correspondencias. Charles Baudelaire.


Imagen: LABoral

¿A qué huele unaexposición? es una de esas propuestas redondas, sin cabos sueltos. En ella se expone una selección de obras de la colección del perfumista Ernesto Ventós y la pieza nanoEsencia_Grafeno, resultado de la residencia del artista e ingeniero Hugo Martínez-Tormo en LABoral.

La colección OlorVISUAL, fue comenzada en el año 78 por Ventós. Las piezas han sido seleccionadas con mimo por él mismo, en un principio yendo a los talleres de los propios artistas para hacer encargos concretos. Es una colección íntima, que se relaciona directamente con el sentimiento y con el oficio de Ventós: las obras deben despertar la memoria olfativa del coleccionista. Desde entonces, los nombres que forman parte de ella se han ido multiplicando, apostando no solo por artistas consagrados como Hirst o Tàpies, sino incluyendo a artistas que aún se están haciendo un hueco en el mercado y ayudándolos, de este modo, a conseguirlo. No tienen una temática o técnica única, son reflejo de la contemporaneidad desde los temas a los formatos. Su mayor y más interesante peculiaridad es que las piezas deben oler.

Para Ernesto es muy importante la dimensión social de su colección. Por ello desde la exposición Olor de Cadaqués. Percepciones olfativas de la colección olorVISUAL, celebrada en el Museo de Cadaqués en 2013, se decide que cada muestra debe ir acompañada por talleres educativos y visitas (“experiencias olfativas”) que ayuden al público a sumergirse en la obra, a traspasar la barrea visual y navegar más adentro, donde a través del olor se despiertan relaciones muy personales y subjetivas, que nos ayudan a establecer conexión directa con el arte. Por supuesto, esta exposición en LABoral también ha contado con sus propios talleres.

Fruto de este carácter social que el coleccionista ha dado a la colección, se convocó públicamente una beca de residencia en colaboración LABoral, para artistas menores de 40 años que trabajen conjugando arte y tecnología. Esta beca fue ganada por Hugo Martínez-Tormo, que durante dos meses ha podido disponer de las infraestructuras del centro de arte y de presupuesto suficiente para la producción de su obra nanoEsencia_Grafeno, y que entrará a formar parte de la colección OlorVISUAL.

Hugo, partiendo de complicadas operaciones matemáticas y valiéndose de investigaciones nanotecnológicas, con nanoEsencia_grafeno nos muestra el sonido y el color que tienen los átomos, algo para nosotros imperceptible y que gracias a esta instalación inmersiva de arte generativo, podemos intuir e imaginar, ayudados como no, por una esencia creada por Ernesto Ventós.





La muestra comisariada por Alicia Ventura, está pensada para presentar la pieza de Martinez-Tormo, y recoge una selección de obras audiovisuales de diversos artistas y colectivos: Andrea Bátorfi, Democracia, Nanna Hänninen, Carlos Irijalba, Clare Langan, Cristina Lucas, Albert Merino,Fleur Noguera, Marina Núñez, Javier Peñafiel, Benet Rossell, Charles Sandison, Amparo Sard, Martín Sastre, Hiraki Sawa, Mariana Vassileva,Tim White-Sobieski y Carla Zaccagnini.

Las piezas de esta exposición estimulan en el espectador sentidos que no está habituado a usar cuando se sitúa ante a una obra de arte. Aquí todo es sensitivo, emocional. Todas ellas se acompañan de un texto escrito por el artista sobre el olor que le sugiere su obra, y de un olor diseñado por el coleccionista.

Con la sinestesia, mezcla de sensaciones de órganos distintos o mezcla de dichas sensaciones con sentimientos, como hilo conductor paseamos por diferentes propuestas que nos llevan desde lo posible y apocalíptico (Clare Langan, Glass Hour 2002) a lo soñado (Hiraki Sawa, Sleeping Machine I 2009). De lo imaginado (Amparo Sard, Hauptpunkt, Esencia 2013) a la crítica de la realidad (Cristina Lucas, El eje del mal 2003 o Democracia, Pablo España & Iván López, Charity, el olor de la caridad 2006). De lo personal (Nanna Hänninen, Meditation practices II. Trying to be a better me 2009) a lo universal (Javier Peñafiel, Conquista básica te vuelvo a pedir que te definas 2004). En el recorrido por los espacios de LABoral se apela en todo momento a nuestra subjetividad que, atendiendo a la imagen, al sonido y al olor, invita a crear nuestra propia experiencia. A aceptar el olor ideado para cada obra o proponer el que hace referencia nuestra impresión personal.





Por todo esto, ¿A qué huele una exposición? Es un gran proyecto: una colección muy particular que propone un reto al visitante; una exposición no convencional en la que podemos usar sentidos hasta ahora olvidados en la gran mayoría de ellas; una selección de obras de gran calidad; la oportunidad que se le ha brindado a artistas que empiezan de producir, exhibir y formar parte de una gran colección; la experiencia educativa y sensitiva llevada a cabo por el departamento pedagógico; la unión del esfuerzo público y privado por promocionar y difundir el arte contemporáneo.


La muestra se puede visitar hasta el día 13 de octubre. Aún tenemos casi un mes para poder oler el arte.

También encontráis este artículo en la web de LABoral. En #LABlog.

English version.





miércoles, 13 de agosto de 2014

Capítulo 64. DE NATURALEZAS Y ARTE.

La naturaleza, también la humana, esconde sorpresas. En Genalguacil he experimentado de todas ellas. El descubrimiento del entorno lleno de endemismos vegetales, engancha. En este caso se han dado incluso endemismos en las personas que, por casualidad, aquí nos reunimos. Un nosotros que solo se manifestó aquí, y que fuera del valle, no ocurrirá.

Ya están a punto de acabar los días en Genalguacil. El tiempo ha pasado casi sin darnos cuenta. En ocasiones intenso, en otras muy leve. En algunos momentos, denso.

Las obras están siendo ultimadas en las pocas horas que quedan. Hoy tendrán que quedar montadas y listas para que mañana jueves, día de la clausura, los vecinos y turistas puedan disfrutar del resultado.

Todo quedará aquí. Los trabajos de ellos, el tiempo invertido, las risas, las charlas, las miradas.

José Luís Serzo tiene prácticamente montado su "Pequeño Teatrorum de la Madre Tierra" en la primera planta del museo. Una obra complicada en la realización que aúna instalación, dibujo, proyección, y que está llena de significado. Un homenaje a las mujeres como generadoras de vida.

Imagen: José Luís Serzo
Félix Fernández nos dejó impresionados el pasado domingo cuando llevó a cabo su performance en un monte cercano al pueblo. Su propuesta, que ha atraído a medios españoles y extranjeros, proponía una reflexión: volver a la naturaleza como lugar de encuentro con uno mismo, donde poder escapar de la cantidad ingente de información y tecnología que nos esclaviza diariamente.

Imagen: Irene Sánchez Moreno 
Nekane Manrique busca el "Equilibrio" con su lienzo. En él representa una escena de la clase de yoga que se realizó el día 1 de agosto en la plaza del pueblo, donde la sintonía entre paisaje y ejercicio transmite esa calma de cuerpo y mente, tan ansiada.

Imagen: Laura Cano
Daniel Silvo impartió un taller de cuatro días en el que los vecinos del pueblo eligieron una obra de arte contemporáneo para copiarla. Su forma de explicar, su cercanía y la predisposición de la gente han hecho de esta introducción al arte actual una magnífica experiencia. Los artistas, conducidos por Silvo, diseminaron las obras por el Valle del Genal.

Imagen: Laura Cano
Antonio Montalvo pintó un lienzo titulado "Cenizas", en el que podemos ver sus peculiares interiores. Solitarios, paradójicos, irreales sin estar lejos de lo posible. Para componerlo usó elementos propios de la escenografía y la naturaleza muerta: telas, féretros, libros. En la obra de Antonio no sucede la acción, se intuye, y los estados de ánimo se presienten.

Imagen: Antonio Montalvo
Antonio Fernández Alvira ha pasado estos días trabajando en un aula del colegio. Su obra, una maqueta en papel pintada con acuarela, representa un edificio (el ayuntamiento) en ruinas. Una reflexión sobre las diferentes capas de las que está cubierta la realidad. "Lo que parecía Indestructible", la apariencia de estabilidad de un sistema que hoy se ha revelado como gran mentira, dejando su interior ruinoso a la vista.


Imagen: Laura Cano
Tamara Feijoo sale a pasear buscando piedras, plantas y animalillos propios de la zona. Regresa fascinada con los colores y las formas. En el museo los mezcla creando composiciones de jardines verticales que solo ella puede inventar. El único jardín del pueblo que no habrá que regar, que solo podría salir de su mano. Delicadeza en forma de mural.

Imagen: Tamara Feijoo
Alba Moreno y Eva Grau presentaron un proyecto que es caricia. Su obra consiste en dos instalaciones de espejos y madera, que han ido moviendo por los parajes naturales de los alrededores. Una vez encontrada la localización perfecta, las fotografiaban integradas completamente en el paisaje, al que aportan luz e infinidad de sutiles matices. El resultado quedará expuesto en el museo.

Imagen: Alba Moreno/Eva Grau
Juan Zamora pintó La Sombra de un Buitre sobre el tejado del Museo. Lo que está pero es impalpable. Lo que ves pero nunca podrás agarrar. Las sombras de Juan ya visitaron otros lugares como el Artium Vitoria, Nueva York o Johannesburgo. Ahora Genalguacil también posee una de esas obras que adquieren la totalidad de su significado y belleza desde una cercana distancia.

Imagen: Laura Cano
María Bueno ha poblado las calles de murales en los que ella es la protagonista, y se deleita con las recetas tradicionales de la localidad. Ha hecho amigos entre los vecinos que no dudaron en ceder sus paredes y sus secretos de cocina. En el museo podremos encontrar algunos dibujos de la misma serie y un gran lienzo.

Imagen: María  Bueno
Juan Francisco Casas y Eugenio Merino se unieron como colectivo para esta ocasión. Todos sabíamos que su proyecto (secreto hasta ayer) nos sorprendería. Diseñaron un cartel en el que se anuncia la apertura de un nuevo Guggenheim en Genalguacil. Pasaron el martes pegando los carteles por el centro de Málaga. Hacer pensar, criticar y remover las cabezas de aquellos que deciden abrir museos franquicia totalmente descontextualizados y desconectados de la sociedad a la que pertenecen pero que los paga con sus impuestos. Algo que ocurre muy habitualmente en España. Desde Barcelona hasta Málaga.

Imagen: Miguel Ángel Herrera
El Encuentro ha sido una fiesta. Un día tras otro las actividades, conferencias, talleres y verbenas, se sucedían. El sueño acumulado es mucho, pero deja de pesar cuando se está disfrutando.

Por mi parte, en el papel de "agitadora de redes" o lo que quiera que sea yo, pasé los quince días posteando fotos e información sobre todo lo que ocurría aquí. Además, he tenido la oportunidad de hacer de asistente del fotógrafo Jesús Madriñán para los retratos de los artistas participantes. Sin haberlo preparado, hemos formado un gran equipo. Verlo trabajar ha sido un gusto. He aprendido y he disfrutado de su compañía.

Imagen: Alba Moreno/Eva Grau
Genalguacil es un ecosistema del que forman parte la(s) naturaleza(s), los habitantes y el arte. El gran trabajo de Fernando Bayona como coordinador junto con el Alcalde Miguel Ángel Herrera, y el resto de colaboradores, ha convertido este encuentro en referencia. A partir de aquí, este pequeño pueblo tiene una nueva consideración en los mapas.




lunes, 4 de agosto de 2014

Capítulo 63. PUEBLO MUSEO.

Cuando Fernando Bayona me llamó por teléfono para proponerme venir a los Encuentros de Arte deGenalguacil como "agitadora de redes", no lo pensé ni un momento. Dije que sí. La verdad, no tenía mucha idea de cómo sería. Creo que había oído hablar de estos encuentros en años anteriores pero poco más.

En esta edición, en la que se cumplen veinte años, se ha dado un gran paso adelante. El proyecto coordinado por el artista plástico Fernando Bayona, ha conseguido el apoyo de las instituciones públicas y de empresas privadas, la confianza del alcalde Miguel Ángel Herrera y la entrega de los habitantes del pueblo, que colaboran con los artistas encantados.



La repercusión en los medios también ha sido extraordinaria, no solo los nacionales, también extranjeros como el New York Times o CNN, han venido o vendrán a visitar el pueblo y a los artistas. Los seleccionados en este caso fueron once proyectos en los que se encuentran dos colecctivos artísticos: Tamara Feijoo, Juan Zamora, Antonio Montalvo, Antonio FernándezAlvira, Alba Moreno/Eva Grau, Juan Francisco Casas/Eugenio Merino, Daniel Silvo, José Luis Serzo, María Bueno, Félix Fernández y Nekane Manrique. Artistas que lejos de esa "emergencia" que tanto gusta usar a muchos de los que escriben sobre arte para cualquiera que con menos de cincuenta años se dedique a la creación, tienen trayectorias sólidas. No son promesas sino realidades. Sus personalidades están bien definidas y no hay titubeos en sus proyectos artísticos. También nos acompaña Jesús Madriñán, fotógrafo artístico, que en este caso documentará todo el evento.

De todo esto, además de lo evidente y hablado en periódicos y revistas, yo me quedo con mi parte como sabéis suelo hacer. Llevamos aquí apenas cinco días. Muchas horas, muy intensas, que cada vez me ponen más hambrienta. Tengo ganas de más. Verlos trabajar, escuchar sus conversaciones que, sin serme ajenas, tienen una visión y una perspectiva totalmente diferente a la mía, o al menos, de la que tengo mucho que aprender. Siempre rodeada de gestores, museólogos, galeristas... Observar sus maneras de hacer, sus diversos planteamientos, amplía mis reflexiones y me está aportando otras caras de la misma moneda. Me encanta.

Todo lo que aquí ocurra lo podréis seguir en mis perfiles en redes sociales. Algunos ya me habéis llamado la atención por la cantidad de información que cuelgo. Vine aquí para esto, pero aunque no hubiera sido así, publicaría los mismos tuits. Son muchos los estímulos que estoy recibiendo, los estoy disfrutando y tampoco se me da bien disimular este tipo emociones (sí, emociones también).

Son solo quince días. En este momento me parecen pocos.



martes, 8 de julio de 2014

Capítulo 62. AULAB: LA EDUCACIÓN DESDE EL DESCUBRIMIENTO. EL CENTRO DE ARTE COMO HERRAMIENTA.

La realidad de los departamentos educativos de museos o DEAC (departamentos de educación y acción cultural) en el Estado Español tiene sus propias peculiaridades. No es de extrañar pues, que en todos los casos, la historia ha ido marcando y propiciando el nacimiento de estos departamentos en unos contextos muy determinados.

Imagen: LABoral

Históricamente, estos departamentos surgen de la necesidad de la nueva pedagogía implantada en las escuelas españolas en los años 60, que alejándose del modelo de educación memorística en el aula, optan por una escuela activa. El profesorado inserta las visitas a museos en el programa educativo con la intención involucrar al alumnado, a través de la experiencia, en la construcción de conocimiento. De este modo, los museos comienzan a necesitar profesionales que puedan ofrecer respuesta a esta creciente demanda que llena sus salas. En un primer momento serán los mismos profesores los que realicen esta actividad en museos. Algunos incluso, abandonarán la enseñanza reglada para incluirse en la dinámica de las instituciones museísticas.

Será en los años 80 cuando las visitas pedagógicas amplíen su abanico, hasta entonces muy centrado en los escolares, influenciados entre otras corrientes por la Nueva Museología. La demanda casi masificada ocasionará que se ideen actividades para colectivos predeterminados, pero también para público en general. Esta actitud fue criticada como populista, ya que gracias a las visitas y actividades organizadas por los departamentos de educación, el museo conseguía gran número de visitantes, valorando así la labor pedagógica más por lo cuantitativo que por lo cualitativo.

Hoy día la situación no ha cambiado radicalmente, si bien los avances, tanto en investigación como en práctica, son considerables y de calidad. Los profesionales de los DEAC no se suelen sentir integrados dentro de la propia dinámica del museo, y en muchos casos, se entiende como un departamento accesorio y fácilmente externalizable. La necesidad de incluirlos dentro de la concepción general de la institución, de cualquier planteamiento de la misma, es una urgencia. Además, los educadores de museos piden construir relatos críticos y maduros, en los que la voz institucional pueda confrontarse. La creación de conocimiento de forma colaborativa basada en la inteligencia colectiva es su mayor argumento.




Extraigo palabras del texto Del paradigma modernista al posmuseo: seis retos a partir del giro educativo, de María Acaso:

"En la conjunción del arte, la tecnología y los museos nos encontramos con lo colaborativo como un eje central en la ejecución de este giro que estamos viviendo. Las referencias a este concepto son constantes en prácticamente todos los textos de los teóricos que escriben sobre educación y arte en estos momentos y, en la mayoría de los casos, la herramienta para conseguir una colaboración eficaz es la tecnología. Pero ¿en cuántas instituciones esta apuesta por lo colaborativo se está ejecutando de manera real?, ¿en cuántos centros la tecnología no deja de ser una herramienta de gestión o de exposición?, ¿no sería ahora el momento de utilizar la tecnología para generar canales de comunicación verdaderamente interactivos de manera que los públicos se inserten en los procesos de selección, de diseño y de construcción de las actividades del museo? Algunas instituciones han comenzado a desarrollar este giro como La Laboral (Gijón), donde en el año 2009 se invitó a una escuela tal a desarrollar junto con un grupo de artistas un proyecto sobre el tiempo, los caracoles y el correo electrónico en el que los estudiantes de primaria ejercían un rol protagónico. Pero este caso sigue siendo una excepción".

Desde sus inicios, en LABoral la preocupación por lo educativo ha sido una constante. Se concibe el museo no como un espacio al que asistimos como agentes pasivos, sino muy al contrario, como agentes activos en el que se aprende a través de la experiencia personal, colaborativa y común.


Imagen: LABoral.

AuLAB nace como un proyecto didáctico destinado a los alumnos de enseñanza primaria, secundaria, bachilleratos y módulos formativos. Para ello, las propuestas se elaboran contando con los centros y el profesorado, para así adaptarlas específicamente a las necesidades y particularidades de cada grupo. Para ello se elaboran programas educativos en forma de proyectos, en los que el centro de arte es un dispositivo pedagógico en sí mismo. LABoral abre sus talleres, pone a disposición de los escolares y ciudadanos sus instalaciones y equipamientos, ofreciéndonos todos los recursos disponibles a su alcance para construir aprendizaje a través del descubrimiento de los procesos, del estímulo de la creatividad, y del sentido crítico: aprender a aprender.

Los objetivos planteados en el proyecto, que encabeza Lucía Arias, son los siguientes:

- Diseñar y analizar diferentes actividades formales y no formales que contribuyan desarrollar en el centro un espacio de participación y una cultura de trabajo abierta al entorno, que favorezca los diferentes ámbitos de desarrollo personal del alumnado.

- Proporcionar al profesorado saberes y herramientas que le permitan acercarse a nuevos espacios de aprendizaje.

- Lograr la autonomía del profesorado en el diseño, desarrollo y evaluación de actividades y entornos de aprendizaje basados en la metodología de trabajo por proyectos.

- Fomentar una reflexión crítica sobre el papel de las tecnologías de la información y la comunicación en el contexto educativo.

- Cambiar la percepción del alumnado y del profesorado sobre su relación con las tecnologías: pasar de ser usuario pasivo a conocedor de las mismas.

- Promover cambios en los modelos organizativos y curriculares de los centros educativos.

Estos objetivos se materializan en diferentes niveles de actuación y de actividades, en las que el uso transversal, educativo y social de las TIC es el punto de partida:

- Programa anual de visitas-taller a las exposiciones y proyectos, que pretende acercar la práctica artística, los temas clave del arte y la cultura tecnológica al público, especialmente a la comunidad educativa, los más jóvenes y colectivos en riesgo de exclusión.

- Programa AuLAB, en colaboración con la Dirección General de Formación Profesional, Desarrollo Curricular e Innovación Educativa de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes del Principado de Asturias. Se trata de un aula experimental, integrada en la vida de los centros que se articula a través de la programación didáctica y que tiene como finalidad última el desarrollo personal del alumnado a través de las competencias básicas. Su objetivo es proporcionar un conocimiento del lenguaje tecnológico y lograr un uso transversal de las TIC fomentando, al tiempo, la experimentación y el pensamiento crítico en esta ocasión con centros educativos participantes en el programa contrato programa. En el curso 2013-2014 han participado 23 centros educativos de Asturias

- La programación anual se articula en torno a tres ejes: Aprender a través del diseño, dirigido por Susanna Tesconi, en el que se realiza la fabricación de un artefacto diseñado digitalmente en los talleres del FabLAB; TV-LAB, dirigido por el colectivo Neokinok, es un laboratorio de televisión experimental en el que se reflexiona sobre los medios de comunicación y se activa la creatividad realizando programas televisivos emitidos en internet; e Introducción a la programación, en el que Luis Díaz, responsable de proyectos de fabLAB Asturias, pone en contacto a los alumnos con los conceptos y funcionamientos básicos de la tecnología digital, de manera que el alumnado pase de ser simple consumidor de tecnología, a convertirse en un conocedor de sus procesos y funcionamientos.




AuLAb ya ha recibido un merecido reconocimiento, no solo en nuestro país, sino a nivel internacional.

En octubre de 2013, Lucía Arias y Susanna Tesconi, fueron invitadas a la Universidad de Stanford (EEUU), reconocida como una de las instituciones claves en la investigación educativa, para compartir la experiencia del Programa de Prevención del Abandono Escolar llevado a cabo en LABoral, en un foro de expertos o FabLearn. El proyecto fue realizado con alumnos de 12 centros escolares asturianos durante el curso 2012-13, con alentadores resultados.

También en 2013, LABoral recibió el premio al Mejor Programa Pedagógico en los RAC, los premios del arte contemporáneo nacional, organizados entre otros por el IAC, Instituto de Arte Contemporáneo.

Recientemente, el mes pasado para ser exactos, LABoral presentó su Programa de Diseño y Fabricación Digital en FabLearn Europe, la primera conferencia europea sobre fabricación digital y educación. El evento ha sido organizado de forma conjunta por tres universidades de prestigio: la Universidad danesa de Aarhus, la de Stanford (EE.UU) y la Bremen (Alemania).

En la sede de la Universidad danesa, Lucía Arias y Susanna Tesconi, presentaron la experiencia educativa realizada con el colegio público La Ablaña-La Pereda, de Mieres. En ella, el colegio junto con el FabLAB Asturias de LABoral, proyectaron la producción de una casa para gusanos en la que todos los escolares participaron de forma activa ideando y produciendo prototipos. Una vez elegida conjuntamente la propuesta más adecuada, los alumnos diseñaron una estrategia de difusión de los resultados a través de su blog y sus redes sociales.


Imagen: LABoral

Por todo ello se puede afirmar que AuLAB es un ejemplo dentro de los departamentos educativos españoles, que pone en práctica iniciativas originales, que aporta valor y enriquecimiento tanto a nivel individual como colectivo a los alumnos, impulsando la construcción de ciudadanos críticos, con capacidad en la toma de decisiones y resolución de problemas. Los excelentes resultados avalan estas líneas de trabajo, resaltando el compromiso de sus profesionales con la educación y el acercamiento de la tecnología a la sociedad.

Referencias:







martes, 1 de julio de 2014

Capítulo 61. Conclusiones #MuseosPro.

Hace ya más de dos meses, el primer post lo escribimos días antes de Semana Santa, Almudena y yo nos pusimos manos a la obra con #MuseosPro. Y no solo nosotras, desde el primer momento la iniciativa ha sido colaborativa. Os consultamos sobre cada nueva acción a llevar a cabo, desde el hashtag, hasta la periodicidad de los debates. Desde el horario, hasta el nombre del proyecto. Por ello, #MuseosPro es de todos nosotros. Por nuestra parte, el trabajo, que ha sido mucho, consistió en darle forma y materializar la plataforma para que todos pudiéramos aportar.

#MuseosPro acaba aquí y mirando hacia atrás, valorando pros y contras, no puedo estar más contenta. Muchos días lo he odiado: más de diez horas delante del ordenador, cientos de correos con Almudena para acordar cualquier mínimo detalle, numerosas reuniones por skype entre nosotras y con nuestro patrocinador BAU app... Pero ahora, ya pasado, creo que ha sido verdaderamente enriquecedor. Para mí personalmente muchísimo. He aprendido a velocidad récord las labores básicas de community manager, a organizar ideológicamente una web, a gestionar los contenidos, a darle lógica a una idea que me pasó por la cabeza y lancé al aire durante la #MuseumWeek, sin saber que se convertiría en una colaboración en la que se implicarían tantos profesionales

Sé que hay detractores, nunca llueve a gusto de todos, pero por mi parte, aún sabiendo que existen cosas mejorables, estoy convencida de que hemos cumplido los objetivos que nos proponíamos: sacar a la luz las problemáticas que los trabajadores de museos y museólogos tenemos a la hora de trabajar o de buscar trabajo; aportar experiencias y reflexiones sobre temas como formación, contratación, etc; compartir visiones acerca de qué debería de ser el trabajo en un museo, cómo se debería distribuir, qué características debe tener un equipo de trabajo, cómo se debería configurar, qué perfiles debe contener, etc; hacer autocrítica, mirarnos a nosotros mismos para ser conscientes de nuestros fallos y poder corregirlos...

En todo esto, Almudena y yo hemos actuado como directoras de orquesta, poniendo por supuesto nuestro granito de arena en forma de opiniones, posts, experiencia y formación personal que pudiera, al compartirla, hacernos ver problemáticas o puntos fuertes de este ámbito. Pero no puedo estar más orgullosa de los posts escritos por nuestros colaboradores. A cuál mejor. Todos llenos de coherencia, ilusión y ganas de mejorar nuestro terreno de trabajo. Alimentándose los unos de los otros. Todos de todos. En mi opinión, no solo hemos cumplido con las expectativas: las hemos superado con creces. Hemos creado una red, y no una cualquiera. Esta red se basa en el respeto mutuo, en la profesionalidad, en las ganas de compartir para mejorar lo que es una situación común y verdaderamente preocupante. ¿No es para sentirse feliz?

La participación ha sido asombrosa: nos hemos movido entre los 1715 tuits del primer debate, el de mejores resultados, a los 570 del último, en el que se experimentó una caída considerable y que asocio a la temática del mismo y al cansancio tras un mes de colaboración y de trabajo voluntario. La transcendencia de los debates y de la iniciativa en general, ha sido muy considerable. Desde España hasta latinoamérica, profesionales, instituciones y empresas, se han unido en diferentes formas: dando difusión en sus perfiles, aportando textos, participando activamente en los debates.

Cómo no, también hay que valorar los resultados menos alentadores. Me refiero a la escasa participación de instituciones museísticas. Algunas de ellas han dado difusión al proyecto desde sus perfiles, cosa que agradezco de corazón, pero no han participado en los debates de forma significativa. Creo que en ello nosotros tenemos parte de culpa. El horario no era el más apropiado, ya que de 19 a 21 horas los CM's ya han terminado su jornada laboral y nadie les puede exigir que se unan sacrificando horas de descanso. Pero es cierto que esto me deja un sabor agridulce. ¿Nos han leído? ¿Han escuchado nuestras preocupaciones, críticas y las diferentes soluciones que proponíamos? ¿Sacarán conclusiones de las mismas? Espero que sí. Tengo confianza en ello.

Como resumen, estos son los puntos claros que he sacado:
  • Un museo necesita personal cualificado en su propia área, con conocimientos básicos en museología (puesto que trabaja en un una institución con unas características propias) pero, lo más importante, con una mente abierta, preocupada en aprender, renovarse y colaborar.
  • El museo ideal debería contar con una estructura lo más horizontal posible, en la que los departamentos trabajen de forma transversal, enriqueciéndose los unos de los otros y evitando a toda costa el aislamiento.
  • Se necesita y debe promoverse por parte de la institución, la formación continua de sus trabajadores para estar al tanto de las últimas tendencias, estudios y modos de hacer.
  • Necesitamos formación específica de calidad y en contacto con la realidad. Profesores que tengan formación teórica y práctica, que estén al tanto de lo que ocurre en el momento presente y que formen a profesionales, no a ratones de biblioteca.
  • La sobreformación teórica como respuesta a la falta de salida profesional.
  • La universidad y los museos deberían establecer relaciones y acuerdos para que las prácticas y las necesidades que surjan desde la institución, sean cubiertas por la cantera que se está preparando.
  • Las prácticas formativas no son un trabajo. Los museos no deben valerse de ellas para suplir al profesional que no pueden (o no quieren) contratar. Deben comprometerse en formar a través del trabajo cotidiano.
  • Pedimos transparencia en procesos de contratación y de concesión de becas, en base a las necesidades del puesto y al currículum del candidato. Basta de puestos dados a dedo. Más aún si hablamos de museos públicos.
  • Aumento de la externalización de servicios, sea a empresas o autónomos, para cubrir plazas que deberían ser de acceso público y democrático. Normalmente estos servicios se entregan a dedo.
  • Sobrecarga de trabajo en un mismo profesional a causa de los recortes y/o la desviación de fondos.
  • Precarización del trabajo. Sueldos por debajo de la categoría profesional.
  • Personal sobreformado en puestos básicos con sueldos mínimos.
  • Adecuación de las oposiciones (que no salen desde 2009) a la realidad de los museos y de los profesionales que se están demandando. Procedimientos absolutamente obsoletos.
  • Redes de profesionales, como las asociaciones, que se comprometan con la sociedad, con los mismos profesionales, y que establezcan relaciones de cooperación con los museos. Para ello, necesitamos de compromisos reales y sólidos, de dentro hacia afuera y en sentido inverso.
  • Proliferación de redes espontáneas y virtuales que hay que fomentar y promover.

Por todo ello, en mi opinión, #MuseosPro ha servido para sacar a la luz nuestras preocupaciones, nuestras necesidades, nuestras ilusiones y nuestras posibles soluciones. Ha creado comunidad y ese es el mayor logro. Esta relación que hemos establecido, basada en la confianza, debería servir para sentar las bases del camino que queremos seguir y establecer acciones al respecto. Todavía no sabemos cómo. De momento el proyecto acaba aquí, pero seguimos con ganas de avanzar, de colaborar con vosotros y de seguir marcándonos retos conjuntos. La manera no se sabe aún. Es cuestión de ponernos a pensar entre todos.

Espero no dejarme nada en el tintero... Millones de gracias a todos los que, de una u otra forma, habéis participado. Ha sido un auténtico placer compartir tanto con vosotros.






martes, 17 de junio de 2014

VOLAR.

Volar... En la poesía, en los cuentos, en la imaginación colectiva el acto de volar nos remite a lo deseado, a lo querido, a nosotros mismos liberados.

Volar... Con los años el vuelo se convierte en algo lejano, algo prometido que no llega. 

¿Llegaste a volar? ¿Volaste alguna vez? ¿Te hicieron volar? ¿Volaste sola o te impulsaron a hacerlo?

Hace mucho que no vuelo. Me di cuenta anoche. Tenía mucho calor con el edredón, que lleno de plumas que no sirven para volar, me tapaba. 

No vuelo. Mis pies pesan, no se alejan del suelo aunque mi mente parece que quiere hacerlo. 

Volar con la mente... ¿Es suficiente? ¿Nos consuela? 

¿Corté yo las alas? ¿Fueron ELLOS los que las cortaron?

Ahora me enredo pensando. No, volar no se hizo para nosotros. No se hizo para mí...

                                                                                                         ....Y sin embargo, es lo que más ansío.