Creo en la contradicción. Creo en su fuerza, su poder, su capacidad para hacer que avancemos. Creo que las contradicciones propias y ajenas son el punto en el que más se aprende de uno, de los demás, del mundo.
Creo en la confusión propia como estado en el que me re-considero, re-pienso, re-valoro, re-encuentro.
Creo en la no-verdad. En que la verdad absoluta no existe y en que todo aquel que cree y ha creído poseerla, sin duda alguna, está equivocado.
Creo que los momentos de lucha con uno mismo, con los demás, lo social, moral y generalmente establecido, son los momentos en que es posible la creación sea artística, literaria, personal, etc.
Creo que me equivoco constantemente. Creo que el saber que me he equivocado, reconocerlo y buscar las posibles soluciones, me hace estar viva y tener algo que compartir con vosotros.
Creo que éste, quizá, sea el texto más corto que he escrito pero uno de los más intensos y profundos. Creo que vosotros podréis no estar de acuerdo y eso me alivia.
Solamente creo. Casi siempre creo que no sé nada y eso me hace seguir indagando.
Estoy buscando. Gracias por acompañarme.