miércoles, 15 de mayo de 2013

Capítulo 39. L.E.V.: DEL THEREMÍN AL FESTIVAL


“El sonido no se oye como lo que es, sino como lo que representa. Cuando se ha identificado el significado, el significante no se oye más. Pero eso no es del todo así. Sí se oye aunque no se escuche. Como sí se ve, aunque no se mire. Pero se escucha mucho menos de lo que se mira”. José Manuel Berenguer

L.E.V. 2013
“(…) Se escucha mucho menos de lo que se mira”. Quizá éste es el gran acierto de festival L.E.V. combinar, mezclar y hacer que las últimas tendencias en música electrónica y artes visuales se conviertan en una sola cosa, en un todo. Y que ese todo atraviese tus sentidos, convirtiendo cada concierto en una experiencia sensorial única. En una obra de arte total. Como diría John Cage: “la separación imaginaria de la escucha respecto a los otros sentidos no existe”.

Desde 2007 este festival, Laboratorio de Electrónica Visual, se viene celebrando en la ciudad de Gijón con gran éxito de público, llenándose hasta los topes de gente entusiasmada que viene, no solo desde cualquier rincón del país, sino también, de Inglaterra, Francia, Alemania, etc. La repercusión en los medios es exactamente la misma quedando reseñado y seguido por las principales radios, periódicos y revistas culturales (programa especial L.E.V. 2013 de Atmósfera de Radio 3), llegando a situarse muy cerca de los grandes festivales de este género en el país como el Sónar de Barcelona o el Monegros Desert Fest de Huesca.

L.E.V. 2013
Durante dos días, viernes 3 y sábado 4 de mayo, espacios de La Laboral Ciudad de la Cultura (el teatro, la iglesia y el Centro de Arte) además del Jardín Botánico, se transformaron en un lugar donde disfrutar y emocionarse por los sonidos electrónicos y las imágenes generadas tecnológicamente. Pero del desarrollo del evento en sí ya nos habló Naiara Valdano en su último artículo en #LABlog.

Lejos de los clichés y prejuicios que circulan alrededor de cualquier evento en el que este tipo de música esté presente, L.E.V. ha conseguido dar el lugar merecido a las prácticas más tecnológicas y experimentales aunando música e imagen. Pero, ¿por qué no se le da a la música electrónica la categoría artística que otras músicas, como la clásica, el flamenco o el blues, tienen?

L.E.V. 2013
Normalmente se desconoce la historia de este tipo de música. Podríamos decir que sus antecedentes se encuentran en los primeros aparatos electrónicos para grabación y reproducción de sonido, como el resonador Helmholtz o el fonógrafo de Edison por ejemplo, de finales del s. XIX y principios del XX. Una de las primeras corrientes artísticas que sintió atracción por este tipo de composiciones musicales serán los futuristas que, liderados por Luigi Russolo, idearon  una música compuesta por ruidos y cajas de música electrónicas, desde ese momento, consideradas también instrumentos.



En 1919, Lev Sergeivitch Termen inventa el Theremin, sintetizador predecesor del Mini-Moog y único, ya que es el primer instrumento que suena sin ser tocado físicamente. El festival gijonés rinde homenaje a su inventor adoptando su nombre de pila. Poco después, en 1925 se  inventará el  micrófono y en 1931 Alan Dower Blumfield desarrollará el sonido estereofónico para grabación, impulsando la industria discográfica de forma nunca antes imaginada.

Será con John Cage cuando la escena musical viva una auténtica revolución. Inspirado por las experimentaciones de Satie o Duchamp, Cage introducirá una nueva concepción musical, donde el proceso es tan relevante como la misma pieza. Las ejecución será  considerada acción, y en ella entra en juego el azar, el silencio y, a través de él, el ruido. Los instrumentos se ampliarán yendo desde los más clásicos, como el piano, a cualquier objeto capaz de crear sonido y entre ellos, claro está, los electrónicos.



Durante la II Guerra Mundial nace la figura del disc-jockey. Estos estaban destinados a distraer a las tropas norteamericanas durante el conflicto. Pasada la guerra la Música Concreta, ideada entre otros por Stockhaussen, y que se basaba en la captación de sonidos ambientales para, más tarde, ser montados en un estudio creando composiciones originales, va a ser una de las grandes influencias de la música electrónica actual.

En los 60, Robert Moog lanzó el sintetizador analógico Moog, que introducirá nuevos sonidos y conceptos en la música como las composiciones matemáticas. Es a partir de este momento cuando estilos musicales ya existentes como el rock o el reggae, se entreguen de lleno a la experimentación sonora que la electrónica les ofrecía. Nacerá el Dub (reggae electrónico) o el Rock Progresivo, y otros estilos como el Minimalismo liderado por el compositor Steve Reich, usarán los aparatos electrónicos desde sus primeras composiciones. King Tubby dará una definitiva vuelta de tuerca inventando el remix o remezcla.



A partir de los 70-80, la música electrónica se hará verdaderamente popular gracias a los clubs y discotecas, y gran variedad de estilos musicales preexistentes se interesarán en fusionarse con ella. Es el nacimiento de estilos electrónicos tan conocidos como el House en Chicago o del Techno en Detroit, que se dejan influenciar del grupo alemán Kraftwerk  pioneros del pop electrónico.

Las fiestas Acid-House de los 80 fueron el culmen de todos estos estilos electrónicos, en las que se mezclaba la música iba acompañada ideales hippies y planteamientos intelectuales underground.

Será la década de los 90 cuando la música electrónica se consolide y se haga más comercial, apareciendo subgéneros como el Ambient, Trance o el Drum and Bass, entre muchos otros.

Tras este breve recorrido por la historia de la música electrónica, en el que queda más que patente su origen y vocación artística, he querido centrarme, no en la descripción del evento en sí, sino en lo que supone organizarlo. Para ello, he hecho una pequeña entrevista a los responsables del festival.

L.E.V. 2013
L.E.V. es un proyecto diseñado y concebido desde su inicio por el colectivo asturiano Datatrón 0x3F, el cual está formado por Cristina de Silva, Nacho de la Vega y Fran Suárez.

Nacho de la Vega y Cristina de Silva forman el colectivo de artistas multimedia Fiumfoto, que desde hace años trabaja aportando su personal concepción de la realidad al circuito de las nuevas expresiones artísticas además de comisariar proyectos como Arenas Movedizas o la muestra internacional Visualizar el Sonido para LABoral, entre otras muchas actividades.

Francisco Suárez es diseñador de interiores y fundador de la plataforma Scheme, centrada en la difusión de proyectos emergentes a nivel global en los territorios de la música electrónica, el diseño gráfico y el vídeo experimental

-¿Qué os impulsó a crear el festival?

+Fiumfoto: Pues nosotros llevamos trabajando en esto de la música electrónica y las artes visuales desde hace ya unos 20 años. Siempre hemos vivido ligados a la música. Hemos pinchado y hecho visuales en muchos bares, clubs y con muchos artistas a lo largo de este tiempo, y siempre nos pareció que la electrónica sólo se abordaba, o se entendía, desde su faceta más lúdica. Pensamos que era importante el dar visibilidad a este tipo de cultura y hacer que en nuestra ciudad, donde siempre ha habido una escena muy fuerte, se hiciera un hueco a este tipo de propuestas. Gijón es una ciudad pequeña de la costa norte, pero muy inquieta, estábamos cansados de tener que trasladarnos a las grandes capitales para poder disfrutar de este tipo de experiencias.

+Fran: Yo por mi parte siempre había estado muy interesado en la creación y desarrollo de plataformas que puedan servir de soporte a la música y las artes visuales. Gijón tiene un potencial incalculable para que un proyecto de este tipo funcione a la perfección. Cuando nos conocimos compartíamos inquietudes y una misma visión de cómo debían ser concebidos y llevados a cabo proyectos de este tipo así que no lo dudamos.

L.E.V. 2013
-L.E.V. está teniendo una repercusión arrolladora (han llegado a mí comentarios de público que vino desde Inglaterra y quedó maravillado). ¿Pensabais conseguir el éxito de público y crítica en un principio?

+Al principio no te planteas estas cosas, pero poco a poco nos fuimos dando cuenta de que el potencial del Festival era muy grande. Intentamos mimar todos los aspectos del Festival: el sonido, los emplazamientos, la programación…para que el público pueda disfrutar al máximo de un fin de semana cargado de experiencias.

-¿Qué obstáculos habéis encontrado a la hora de hacer entender la música electrónica como arte? ¿Y a la hora de conjugar música/artes visuales?

+Nuestra intención era descontextualizar la creación electrónica y llevarla a un espacio mas amplio dejando atrás algunos prejuicios que hay sobre ella… tratarla como un ámbito de creación más que además tiene la capacidad de  relacionarse con otras disciplinas de manera muy sinérgica como es el caso de las artes visuales.

-¿Cómo valoráis que un festival como este tenga lugar en un museo? ¿Es el lugar idóneo a vuestro entender?

+Un Centro de Arte es un lugar idóneo, por supuesto, aunque hay más posibles…
Una de las premisas del Festival es aprovechar al máximo todos los recursos que estén disponibles, en este sentido L.E.V. tiene la enorme suerte de poder contar con un teatro con una acústica muy buena, una iglesia, un centro de arte y un jardín botánico, todo en un radio muy cercano. Esto es uno de los puntos fuertes del Festival.

L.E.V. 2013
-La gran cantidad de actividades paralelas a las sesiones demuestra un gran interés por el público: Workshop Red Bull Music Academy con Clark, workshop: Bhoreal, controlador hardware, Enhanced performances & It’s getting dark here, convocatoria LEV – Scanner FM, The Creators Project o la entrada gratuita a la exposición Realidad Elástica de LABoral. ¿Es uno de vuestros intereses promocionar nuevos valores? ¿Hacer experimentar al no entendido? ¿Pensáis que de esta forma se valorará más el arte y las nuevas tecnologías?

+La propuesta del Festival es poder conocer, entender y analizar la creación electrónica desde diferentes puntos de vista, que el público se pueda acercar de diferentes maneras, de ahí la idea de programar Encuentros, Talleres…

-¿Es difícil conseguir colaboraciones como las de Red Bull o Scanner FM?  ¿Consideráis su apoyo indispensable para poder llevar el proyecto a cabo?

+L.E.V. es una coproducción del Principado de Asturias y LABoral Centro de Arte que además cuenta con colaboraciones importantes como son las establecidas con Redbull desde casi los inicios del Festival… y otras muchas, a todas ellas las consideramos muy valiosas.

El apoyo de todas las partes y el trabajar de manera conjunta y coordinada teniendo claro el objetivo es lo que hace posible que L.E.V. se haya mantenido estas 7 ediciones y goce de buena salud.

L.E.V. 2013
-¿Cuál ha sido la actividad más solicitada y con mejores resultados?

+Los directos en la iglesia de Pole y Andy Stoott puede ser una de estas actividades. Teníamos muchas ganas de retomar este espacio para programar directos y pensamos que funcionó muy bien y que el público lo disfrutó de una manera muy especial.

-Normalmente, ¿los artistas se muestran interesados en participar en los Workshops y mesas redondas? ¿Cómo responde el público al contacto con ellos?

+Si, suelen estar interesados aunque la verdad es que a veces es complicado, no por falta de interés sino porque es difícil sincronizar todas las actividades: las pruebas de sonido, entrevistas… pero por lo general se muestran interesados.  Y el público responde muy positivamente. Los workshops han llegado hasta sus límites de capacidad en todas las ediciones del festival, y en el resto de actividades la participación siempre ha sido muy alta.

El perfil de los artistas que vienen al L.E.V. tampoco es el de grandes estrellas, en la mayoría de los casos se trata de gente muy normal que está encantada de entrar en contacto con otros creadores y con el público. Hay muy bien ambiente en el Festival y eso lo nota todo el mundo. Los artistas los primeros, y eso hace que pueda disfrutar también ellos de una manera relajada del Festival pudiendo acudir a ver actuaciones…

- ¿Qué retos os planteáis para próximas convocatorias?

+Nos planteamos seguir trabajando duro, intentando aprovechar al máximo todos los recursos y buscando nuevas vías de acercarnos al público. No nos interesa un Festival estático.



Después de hablar con ellos tres parece incluso fácil organizar y poner en marcha un evento cultural de esta calidad y envergadura. Como veis, las buenas ideas, aún hoy, consiguen buenos resultados y apoyos.

Que L.E.V. haya nacido de la cabeza de tres personas, no de una multinacional, con inquietudes y ganas de aportar ideas y conocimiento, investigación, experimentación musical y visual, es algo más que motivador para ti y para mí. Una razón más para seguirle la pista, aprender con ellos y de ellos, apoyarles y, sobre todo, disfrutar del espectáculo.

Fotografías by Piru de la Puente

Gracias a Cristina, Nacho y Fran.

También encontráis este artículo en la web de LABoral. En #LABlog

viernes, 10 de mayo de 2013

Capítulo 38. ÁLVAREZ BRAVO, EL FOTÓGRAFO DE LOS DOMINGOS.

No es que sea una verdadera entendida en fotografía pero me gusta mucho. Hay algo de mágico en muchas imágenes fotográficas, algo que atrapa. Creo que esa es la diferencia entre un buen y un mal fotógrafo, o entre una fotografía que pueda ser tratada como arte, y la que no. Hoy en día con las cámaras digitales y todos los recursos tecnológicos a nuestra disposición, parece ser que cualquiera puede ser un buen fotógrafo. No nos engañemos, eso no es así.

Como ya sabéis, una de mis fotógrafas preferidas es Francesca Woodman pero, casi por casualidad como suele ocurrir con el arte que marca, descubrí a un verdadero genio de la fotografía: Álvarez Bravo. Hasta el día 19 de mayo podéis visitar una fantástica exposición en la sala de exposiciones de la Fundación Mapfre en Azca, no solo con sus fotografías más representativas, sino  también con documentación, manuscritos, cartas y algunas muestras de sus experimentaciones cinematográficas.


"Los Agachados, 1934"

Manuel es el fotógrafo mexicano más representativo de la contemporaneidad. Con una vida larguísima, llegando a los 100 años (1902-2002), su ingente legado es un recorrido no sólo por un México en cambio, sino por las vanguardias artísticas, por la captación de la sensibilidad, por la universalidad del arte. Sus imágenes nos hablan de un momento y un lugar en algunas ocasiones, en otras sin embargo, son representaciones simbólicas de una estética, de un movimiento artístico. La plasmación en fotografía del surrealismo o el constructivismo.


"Ondas de Papel" 1928

"Tríptico Cemento-2/La Tolteca" 1929
Su primera cámara la compró en 1915, y comenzó a experimentar pues, aún teniendo una formación en arte y música recibida en la Academia de San Carlos, se puede considerar que fue totalmente un autodidacta. Sus imágenes, en blanco y negro en su mayoría, van desde lo folclórico o lo fotoperiodístico, a lo poético.

Uno de los rasgos más representativos de Álvarez Bravo es el juego de la mirada. Combina de forma magistral en muchas de sus fotografías los reflejos, estableciendo un relación recíproca entre el que mira, el que es fotografiado y el que fotografía. Todos, los tres, estarán presentes en algunas de sus piezas. Miradas que van y vienen, entran y salen de lo fotografiado, traspasando los propios márgenes de la obra.


"Parábola Óptica" 1931
En otras ocasiones, las obras nos muestran arquitecturas que son encuadradas de manera tal, que llegamos olvidar que se trata de edificios o estructuras, y solo observamos formas puras: rectángulos, cuadrados, círculos... Crea esculturas visuales.

Estuvo muy cerca del surrealismo y, de hecho, André Breton le encargó una fotografía para la portada de un catálogo de una exposición surrealista aunque, el mismo Breton finalmente la censuró. Aún así, ésta fue la obra que le llevó al reconocimiento internacional. Trabajó cerca de los grandes muralistas mexicanos, como Rivera o José Clemente. Su fotografía más documental formó parte de la revista Mexican Folkways. Grandes museos como el MoMA de Nueva York poseen obras del fotógrafo en su colección.


"Obrero en Huelga, Asesinado" 1934

"La Buena Fama Durmiendo" 1938
En 1931, con el dinero de un premio de fotografía que había ganado, compra la cámara que Tissé había usado en la película "¡Que viva México!" de Eisenstein. Filmó algún documental y realizó películas experimentales en super 8 y 8 mm, e incluso colaboró en varias películas de Buñuel

La fotografía de Álvarez Bravo es una muestra de la persona en soledad, de objetos animados, del ser humano como generalidad. Captó imágenes que se convertirían en referencia de las luchas sociales del s. XX. Construyó posados que bien podían haber salido del manifiesto surrealista. Indagó en lo inerte. Fue un paciente espectador de la vida cotidiana, esperando horas en la calle para conseguir la foto perfecta. "Debes de ser paciente", le decía a su discípula y fantástica fotógrafa también, Graciela Iturbide. En ella ha quedado mucho de él. Sus obras, aunque diferentes y con un lenguaje propio, demuestran su influencia. Conocí antes la obra de ella que la de él, pero aunque no supieses nada de la relación entre ellos, al ver la exposición te das cuenta de que los lenguajes confluyen. Ambos hablan el mismo idioma.


"La Hija de los Danzantes" 1933

Graciela Iturbide "Chalma, México" 2008
La exposición de la Fundación Mapfre es exquisita. La selección de obras, iconos del s. XX, el diálogo que se establece entre las diferentes piezas y los documentos, la distribución de las mismas en ejes temáticos que son descritos perfectamente con una sola palabra: "Formar", "Construir", "Aparecer", "Ver", "Yacer", "Exponerse", "Caminar" y "Soñar". Estas ocho palabras, estos ocho verbos pueden resumir la obra de este magnífico artista. 


"Gorrión, Claro!" 1938-1939

"Castillo en el Barrio del Niño" 1990

Y como os decía al principio de este artículo, la diferencia entre un buen y mal fotógrafo es que las imágenes atrapen. Las fotografías de Manuel Álvarez Bravo atrapan, sí y además, hablan, reclaman, enganchan, condensan en sí mismas lo artístico y lo social, lo vital, del s. XX.

Quedan pocos días. No os perdáis la exposición.