lunes, 29 de abril de 2013

Capítulo 37. VOGLIO VEDERTI DANZARE

Cuando me preguntaban de pequeña: "¿tú que quieres ser de mayor?", siempre respondía lo mismo: "bailarina". No será nada muy extraño, supongo, pero es que yo quería serlo de verdad, verdad. Mi tía abuela se enfadaba y decía: "¡tú tienes que aprender a hacer cuentas para ayudar a tu padre en el bar!". Mi respuesta era que se olvidara de eso. Yo, cuando tuviera 18 (porque antes mis padres no me iban a dejar), me iría a Madrid y sería una gran bailarina con tutú y todo.



La cosa, como sabréis, no fue así, pero al menos he tenido la suerte de hacer mis pinitos y con grandes resultados. A los 10 me mudé a un pueblo algo más grande donde, para mi felicidad, había escuelas de danza y flamenco. Y ahí empezó todo. Durante unos ocho años toqué bastantes palos (nunca mejor dicho): ballet clásico, danza contemporánea, clásico español y flamenco. No es porque sea yo quien lo cuente, aunque no me pidáis objetividad, claro, pero valía. Sí que valía para ello. De hecho, con el flamenco llegué a bailar como profesional en un cuadro. Lo dejé cuando empecé a estudiar la carrera, que hay que estudiar para labrarse un futuro (¡qué paradoja, eh!). Ahora el futuro es incierto para todos, pero no es que me arrepienta. Con el arte y la museología encontré una segunda vocación, y esos años dedicados a la danza, aprendiendo y esforzándome, me han servido para mucho. Sobre todo, para amar y respetar la danza. Reconocer el valor del trabajo duro, el saber entregarse a un sueño, por hacer arte, por vivir de él y para él. Admiro profundamente a las personas que se dedican a la danza. Es muy difícil, no sólo por las oportunidades, escasas como en todo lo cultural, sino por el sacrificio mental y físico que supone.



Recuerdo la primera vez que vi un ballet en directo. Fue el de Víctor Ullate, con el espectáculo "Arrayan Daraxa". De ahí salieron algunos de los grandes bailarines que ha dado nuestro país: Tamara Rojo, Igor Yebra o Ángel Corella. Creo que nunca en mi vida he sentido tanta emoción. Estuve prácticamente una semana hablando de ello. La coreografía, los bailarines, la música, el vestuario... Me pareció algo casi sobrenatural, mágico. Aún guardo los autógrafos que pedí a los bailarines cuando acabó el show. Toda una grupi yo.



¡Cuántos recuerdos y qué buenos todos!



Hace un par de años, hablando con un amigo que intenta dedicarse a la danza, y que él si que se fue a Madrid para conseguirlo, me enseñó un vídeo que me dejó con la boca abierta. Se trata del espectáculo y también película "Amelia", de la compañía canadiense La La La Human Steps.



Sobre ellos han dicho cosas tan impactantes como ésta:

"Es imposible imitar la técnica de Lock, no tiene imitadores: sus bailarines se mueven a una velocidad que parece desafiar lo que es humanamente posible". Tatyana Kuznetsova.



La La La Human Steps fue fundada por el coreógrafo Édouard Lock en 1980 en Montreal, Canada. Desde sus inicios, la compañía ha sido reconocida como una de las mejores a nivel mundial, no sólo por la calidad de las coreografías y de los bailarines, a los que se les pide continua evolución y redefinición en su actitud ante la danza, sino por sus colaboraciones con grandes artistas como Iggy Pop, My Bloody Valentine, Frank Zappa o David Bowie. Para Bowie, Lock trabajó como director artístico en su gira "Sonido y Visión" de 1990.



   
                                            


Desde 1985 con el espectáculo "Human Sex", la compañía de Lock ha estado girando por todo el mundo, encabezando la vanguardia de la danza y manteniendo cada show durante más de dos años en cartel. 



Édouard Lock ha creado coreografías para muchas de las grandes compañías actuales, como la de La Ópera de Paris, el Het Nationale Ballet de Holanda o el Nederlands Dans Theater. Sus premios y reconocimientos son incontables, pero lo mejor es que disfrutéis de la gran cantidad de vídeos y referencias que hay sobre La La La Human Steps en la red, y si podéis, vayáis a verlos en directo si pasan por aquí (la última vez fue en 2011 con "New Work by Édouar Lock"). ¡Ah!, y avisadme. Me muero de ganas de asistir a cualquiera de sus fantásticos shows.

¡Feliz día de la danza! "Porque bailar es soñar con los pies"...




martes, 16 de abril de 2013

Capítulo 36. MERCADILLO LABORAL: DISEÑO + AMOR


Los días 13 y 14 de abril, ha tenido lugar en LABoral el ya clásico mercadillo de diseño. Desde 2008 se está desarrollando esta iniciativa distribuída en tres convocatorias al año, donde se pretende ofrecer un espacio abierto a la creatividad de diseñadores y emprendedores que viven y trabajan en Asturias.



En el mercadillo se pueden adquirir joyas, piezas de decoración, camisetas y objetos artesanales hechos con “mucho amor”. Para ello, y por primera vez en esta ocasión, LABoral ha lanzado un sello que certifica que son artículos autoproducidos y diseñados por los participantes bajo las premisas de diseño sostenible, edición limitada, calidad y fabricación local.





El mercadillo, coordinado por Marco Recuero, va aumentando en éxito en cada nueva edición. Desde el principio, el número tanto de público como de diseñadores, ha ido creciendo de forma significativa llegando a sobrepasar los 6000 visitantes en las últimas convocatorias. En la celebrada el pasado fin de semana, presencialmente se acogieron 50 stands, pero todos los preseleccionados tienen un lugar para la difusión y venta de sus productos en el mercadillo online. Y no solo ellos. LABoral ha puesto también a la venta a un precio reducido,  una línea de productos diseñados y elaborados por fabLAB Asturias, laboratorio de fabricación digital del Centro de Arte, además de publicaciones, catálogos de exposiciones y productos que normalmente se encuentran en la tienda del Centro.



Y es que LABoral no solo es un centro de arte. Es también y como su nombre indica “centro de creación industrial”. En este sentido, el diseño entendido como base de la creación industrial tiene gran presencia y apoyo en sus actividades. Prueba de ello es la convocatoria de los premios con la Escuela Superior de Arte del Principado de Asturias (ESAPA),  Joven Diseñador del Año LABoral 2009 y la organización de la exposición de diseño experimental Nowhere/Now/Here, o bien con el espacio Trastienda, un nuevo concepto de tienda-taller que concibe la práctica del diseño y la producción de objetos como un proceso de investigación abierto y permanente. En este espacio puedes adquirir los productos pero además, puedes fabricarte el tuyo propio gracias a la información online, incluyéndote así en los procesos de creación e investigación específicos.



Como actividades paralelas al mercadillo, pueden visitarse las exposiciones de forma gratuita. En este enlace podéis curiosear los participantes, sus páginas web, sus productos y toda la información necesaria sobre esta última convocatoria.





Pero centrémonos en el significado de todas estas iniciativas. El museo, tal como hoy se entiende y derivado de las teorías de la nueva museología y la museología crítica, es un lugar por y para la sociedad. Un espacio de aprendizaje, discusión, disfrute, para el desarrollo cultural y social. El museo tiene que estar integrado en su comunidad, hacerse necesario y apoyar y crear iniciativas que establezcan dinámicas de colaboración.

Podríamos decir que LABoral es una excelente muestra de esta concepción. En el caso del mercadillo, confluyen varios objetivos que solo se conseguirán con la ayuda y el trabajo de la comunidad: apoyar el talento local y su emprendimiento, dar visibilidad a jóvenes asturianos con iniciativas interesantes y proyectos innovadores, dar a conocer la actividad artística y las exposiciones que el centro de arte lleva a cabo, y con ello, introducir al público no especializado en el arte más experimental y tecnológico. En definitiva, crear lazos, fidelizar públicos y dar oportunidades. Una herramienta participativa que hace del centro un elemento dinamizador de la ciudad y la región.



Además, LABoral en su propio programa expositivo apuesta por la creación artística in situ a través de becas o residencias, que dan como resultado la producción de obra y de exposiciones. Por todo ello, a lo que sumamos los talleres pedagógicos, seminarios y la gran cantidad de actividades que ofrecen, el centro es una institución abierta, participativa y accesible en la que se debe fijar la mirada desde el resto de instituciones del mismo tipo a nivel nacional.



Para finalizar citaré a Nina Simon, consultora de museos, diseñadora de proyectos de difusión y participación ciudadana, y diseño de exposiciones. También autora del blog Museum 2.0

“Tener éxito con un modelo participativo significa encontrar maneras de diseñar plataformas de participación (…)”

El mercadillo, sin duda, es una gran plataforma de participación en la que todos ganan: el centro de arte y los ciudadanos. ¡No os perdáis el próximo!.

También encontráis este artículo en la web de LABoral. En #LABlog

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