sábado, 14 de diciembre de 2013

Capítulo 49. AITZIBER URTASUN: EL ARTE COMO HERRAMIENTA DE TRANSFORMACIÓN SOCIAL.

Nunca lo habría pensado pero twitter me ha acercado a mi vocación, los museos y el arte contemporáneo, no solo por mantenerme informada de todo lo que ocurre, sino también, por ponerme en contacto con esos profesionales con los que comparto visiones, problemáticas, ideas e ilusiones. Gracias a él he conocido, entre otros, a una gran profesional y persona, Aitziber Urtasun, con la que mantengo charlas sobre arte, museos y vida, que sin duda me enriquecen y me hacen crecer. Es una persona cercana, que siempre está dispuesta a colaborar, reflexionar y compartir, por lo que pensé que sería muy buena idea preparar una charla que reflejara los temas que solemos tratar y que seguro son de importancia para todos los que leéis el blog.



Nacida en Bilbao, Aitziber estudió  Empresas y Actividades Turísticas en la Universidad de Deusto e Historia del Arte en la Universidad Pública del País Vasco. Cursó también un Máster de Arte Contemporáneo en la Universidad de Deusto.

Su carrera profesional comienza en Bilbao donde tras varios años como guía profesional independiente, empieza a colaborar de forma permanente con el Departamento de Educación del Museo de Bellas Artes y del Museo Guggenheim Bilbao. El Guggenheim le ofrece la oportunidad de colaborar puntualmente con otras instituciones internacionales como la Kunsthaus de Zürich y el Art Institute of Chicago organizando visitas a coleccionistas y galeristas y realizando tours culturales en España y Europa.

Dirige el Departamento de Didáctica del Museo Oteiza desde el año 2003, siendo éste una apuesta totalmente personal ya que lo puso en marcha desde cero. Su labor abarca desde el diseño de los programas y actividades educativas, la formación de educadores y profesorado, hasta  la colaboración en el diseño de las exposiciones.

En paralelo, realiza comisariados de exposiciones pues entiende que es una fantástica herramienta para contar historias. En el Museo Oteiza comisarió “Homo Ludens. El artista frente al juego”, pero también ha comisariado para otras instituciones como el Musée Guetary de Francia o La Ciudadela  y Centros culturales de Pamplona y Bilbao.

Actualmente imparte conferencias  y colabora como docente en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Pamplona.

Ya sabéis quién es ella y quién soy yo. Comenzamos la charla. Os invito a participar. Entre todos encontraremos respuestas y plantearemos más preguntas. ¡Adelante!

P. Tu formación ha estado siempre enfocada al arte y la cultura. ¿Qué retos te planteó el museo como institución a la hora de realizar tu trabajo?

R. El museo es un espacio único para desarrollar escenarios de diálogo entre el público, la historia, el arte y, por extensión, la cultura pero también puede resultar una trampa porque para una inmensa mayoría de público la visita es una acción que se desarrolla en sus momentos de ocio. Este hecho puede rebajar la capacidad de la institución como centro con plena capacidad para formar y educar. Creo que lo más complejo es siempre encontrar el término medio entre esos dos aspectos: el museo como agente de entretenimiento y de formación a un mismo tiempo.



P. ¿Es el museo el organismo más indicado para la difusión y socialización del arte contemporáneo?

R. A partir de los años 60 el artista y su obra multiplican las formas de mirar el arte. Este, a través de su creador, deja de lado la estética y el metarrelato como eje central de su discurso y comienza a preocuparse por los microrrelatos. Aparecen conceptos de género, sexualidad, violencia, política, etc. El arte tiene, más que nunca, una relación con la sociedad, con sus virtudes y sus defectos, con sus logros y sus males. Si el artista mira por fin de frente a su sociedad, el museo, como representante (no único pero si fundamental en la estructura cultural) debe hacer lo posible por conectar también con ella.

En este sentido creo que aún queda mucho recorrido por realizar. La mayoría de museos centran sus esfuerzos en la creación de exposiciones y publicaciones ofreciendo muy pocos recursos (tanto humanos como económicos) para desarrollar actividades que permitan transformar el arte en una herramienta de acción social.  Además, dichas actividades suelen realizarse en total desconexión con los agentes externos y, generalmente, siempre en el espacio físico del museo. El museo del futuro tiene que ser más activo y dinámico y debe romper sus barreras físicas y virtuales. No hay que trabajar sólo para la sociedad sino por, desde y con ella.

P. Has comisariado exposiciones tanto en España como en el extranjero, ¿piensas que una exposición debe ser didáctica también desde la labor del comisario?

R. La mayoría de los profesionales del arte cuando escuchan el término “exposición didáctica” se ponen a temblar porque lo relacionan con una muestra diseñada y explicada desde términos superficiales, fáciles e incluso infantiles. No tiene nada que ver con eso. El hecho de que una exposición tenga que ser didáctica significa que toda muestra debe generar la posibilidad de activar procesos educativos a distintos niveles. No se trata de explicar al lado de cada obra todo tipo de detalles sobre la misma sino de utilizar la diferente variedad de recursos de que dispone un museo o centro de arte (folletos, textos, de salas, códigos QRs, publicaciones, redes sociales, blogs, etc) para trabajar la exposición desde diferentes niveles de lenguaje. No debemos olvidar que la exposición no es visitada por el público sino por “públicos” que traen consigo experiencias muy diversas y tienen necesidades muy distintas.

La famosa frase de “el arte no necesita justificación” es válida para el creador pero en el momento que la situamos en un entorno público y democratizamos el acceso a ella (y en la mayoría de los casos cobramos por verla) es necesario generar herramientas y acciones de acercamiento. No como justificación del valor de lo expuesto sino como medio de comunicación y educación entre el público y la obra.



P. ¿Qué diferencias has observado entre el público español y el extranjero a la hora de enfrentarse al arte contemporáneo?

R. Mis conocimientos a nivel profesional se centran principalmente en Estados Unidos y Francia. En el primer caso, el arte contemporáneo es una herramienta de trabajo mucho más trabajada y valorada en las escuelas de lo que es actualmente en España y los proyectos tienen más conexión con los diversos colectivos sociales que conforman la comunidad. En el ámbito adulto, el arte contemporáneo se “consume” más que aquí pero bien es cierto que no a un nivel popular sino más especializado.

Francia por el contrario es un país donde la cultura es valorada y tratada con un respeto mucho mayor que aquí por todo tipo de público. Cuando empecé a trabajar con franceses me sorprendió por ejemplo el gran interés de asociaciones de la tercera edad en el aprendizaje y disfrute del arte moderno y contemporáneo.

En ambos países se genera un enorme esfuerzo en hacer llegar el arte a todo tipo de colectivos y programas de acercamiento a grupos de exclusión social que aquí nos parecen casos aislados pero que allí forman parte permanente de las programaciones educativas.

P. Tu trabajo en museos comenzó en el Museo de BBAA de Bilbao y el Guggenheim ¿existe gran diferencia en el trabajo que se realiza en instituciones públicas y privadas?

R. En principio, según mi experiencia la gran diferencia entre lo público y lo privado son los tiempos. El museo privado te permite más flexibilidad a la hora de programar y desprogramar y también algo más de libertad para innovar. Pero las diferencias no son muy grandes. Creo que la diferencia mayor se da entre un museo de estructura grande como el Guggenheim y uno de estructura pequeña como el Museo Oteiza en el que trabajo actualmente ya que en el primero las distancias entre departamentos son muy grandes y eso genera una gran incomunicación. Por el contrario, en el segundo caso se trabaja de forma transversal y el trabajo de los técnicos se mejora, se enriquece e incluso se corrige con la visión de los demás.

P. Pusiste en marcha el departamento didáctico en el Museo Oteiza, ¿cuál es la mayor dificultad que te ha planteado el proyecto? ¿Cuáles las mayores satisfacciones? ¿En qué museos te inspiras para realizar tus programaciones?

R. Poner en marcha un departamento de un nuevo museo supone un reto que puede llegar a generar mucho vértigo pero también es todo un regalo. El ámbito de la educación no es tan lineal ni cerrado como el de la conservación por ello empezar de cero te permite dar un carácter propio desde el que marcar diferencias con otros centros.

En el caso del Museo Oteiza existían dos dificultades evidentes que creo han sido solventadas a día de hoy. Por una parte, Oteiza fue un artista muy activo social y políticamente, con un fuerte carácter y muy polémico. Ello hizo que al final de su carrera el personaje hiciese sombra a la obra. El primer reto era por lo tanto devolver luz a la colección y ayudar al público a conocerla en mayor profundidad. La obra siempre debe ser más importante que el autor.

Por otra parte, desde un departamento de didáctica es necesario estructurar un plan de actividad destinado a centros escolares de todas las edades. La obra de Oteiza a nivel plástico es muy difícil para el niño ya que en su mayoría es abstracta, carece de color como elemento narrativo o estético y basa su composición en conceptos relacionados con las matemáticas, la física cuántica, la geología o la filosofía. ¿Se puede explicar una obra así a un niño? Claro que sí pero hay que deconstruirla hasta encontrar elementos de conexión. Como bien decía el propio Oteiza: “la obra de arte no educa. La obra de arte es una herramienta para servirnos de ella”.



No tengo un museo claro de referencia. Suelo fijarme más en proyectos que en la totalidad del servicio educativo del museo. Si es cierto que los museos que con independencia de su tamaño han conseguido una mayor activación de su entorno social despiertan más mi interés. En ese sentido me resulta muy interesante la experiencia del Centro de Arte la panera de Lleida, el Museo del Romanticismo de Madrid, las programaciones destinadas a adolescentes (un público difícil de captar) del MNACRS o las acciones más experimentales de centros como Matadero. Un caso que me ha resultado revelador es el caso del Museo de Brooklyn que ha sido capaz de triplicar en muy poco tiempo sus visitantes y desarrollar una enorme conexión con su comunidad gracias a su presencia en las redes.

P. Desde el principio has querido crear un tejido social que sustente y legitime tu labor y la del propio museo Oteiza, ¿crees que es algo habitual o que, por el contrario, las actividades didácticas se centran en el entretenimiento más que en la socialización del arte?

R. Tal como comentábamos al principio para la mayoría de la gente el arte es un medio de entretenimiento. Lo hemos visto claramente en estos tiempos de crisis en los que tanta gente se indigna por los recortes en educación pero pocos por los recortes en cultura. ¿Pero acaso la cultura no es educación?

La situación actual debe activar nuestra alerta y recordarnos que todavía hay mucho por hacer para crear una verdadera conexión entre la cultura y la sociedad de nuestro tiempo  y concienciarla de su importancia.

En mi caso además, es cierto que en los últimos años, y gracias al apoyo del museo Oteiza, he trabajado firmemente en el objetivo de acercar al arte a los colectivos más desfavorecidos. En primer lugar, porque creo firmemente en el poder del arte como herramienta de transformación social y en segundo lugar, porque considero que todo el mundo tiene derecho a tener la oportunidad de encontrarse frente a una obra de arte y disfrutar en la medida que pueda de ella. Por eso, trabajo de forma continua para romper las barreras físicas del museo como institución y en los últimos diez años he llevado proyectos a lugares tan diversos como centros de educación especial, hospitales, centros penitenciarios o centros de salud mental.  Si el arte, tal como Oteiza creía, pertenece a su sociedad, debe pertenecer a TODA su sociedad.

P. ¿Cuáles son los puntos clave que te planteas a la hora de idear una actividad? ¿Y para el comisariado de una exposición?

R. El desarrollo de una actividad tiene para mí siempre una estructura bidireccional. Me pregunto a mí misma qué conceptos quiero trabajar desde ella pero también qué necesidades pueden surgir desde el  tipo de público con el que trabajo. También es muy importante que la estructura de la actividad no resulte alienante ni excesivamente direccionada. Es decir, que se planteen actividades que no sólo den respuestas sino que generen preguntas que en muchas ocasiones el participante tendrá que buscar por si mismo tras la actividad.

Cuido también mucho los materiales con los que trabajo. No me gusta trabajar con materiales propios de bellas artes porque siento que la actividad puede confundirse con una búsqueda artística y la función de la mayoría de las actividades que desarrollo tienen como objetivo potenciar la creatividad y activar la capacidad de reflexión y crítica del participante. Para eso no se necesitan materiales especiales.



En el caso de realizar una actividad o programa con un colectivo de exclusión social creo que es fundamental ser humilde y contar siempre con la orientación y el apoyo de los profesionales que trabajan con ellos (psicólogos, terapeutas, etc).

Si hablamos de la construcción de una exposición siempre busco dos cosas: por una parte que la muestra tenga diferentes niveles de lectura para que la pueda disfrutar un público diverso y que me permita contar algo. Para mí el comisariado es una forma de contar historias. No quiero decir que siempre deba ser así sino que para mí es una forma de literatura. En cualquier caso, siempre que la ocasión me lo permite escucho mucho al artista antes de componer esa narración y siempre la construyo desde su aprobación porque aunque a algunos no les ha quedado claro todavía, el comisario no es un artista.

P. ¿Realizas evaluaciones de tus actividades y comisariados? ¿Qué cosas has ido mejorando con la experiencia? ¿Cómo ha evolucionado el público en su relación con el museo desde que existe el departamento didáctico?

R. Si se trata de actividades escolares realizo una evaluación formal a través del profesorado. En el resto de actividades, como trabajo siempre con grupos reducidos, pregunto sus impresiones no sólo al finalizar la actividad sino también a lo largo de la misma  si se trata de un programa de varias sesiones, porque siempre me gusta reajustar cosas a lo largo del proceso.

En el caso del comisariado me apoyo mucho en los auxiliares de sala. Les pido que observen, que escuchen y su opinión me ayuda mucho a tomar conciencia de la muestra. Por ejemplo, en la exposición “Homo Ludens” que realicé hace varios años en el Museo Oteiza seleccioné varias piezas de carácter interactivo. Como el museo tiene un corte clásico por representar a un artista de los años 50, su público no está acostumbrado a tener una actitud participativa. Los auxiliares de sala fueron los que me informaron de que la gente no tocaba ni jugaba con esas piezas por lo que no se entendían. Así una semana después de la inauguración añadí una cartela al lado de cada una indicando que esas piezas sí se podían tocar.



Este año celebramos el décimo aniversario del museo algo que puede parecer mucho pero que a nivel educativo es muy poco. No obstante, creo que hemos conseguido que el público local sienta como suyo el museo respondiendo muy activamente a todas las actividades. La presencia de la colección es  muy notable en la estructura escolar de la Comunidad de Navarra y muy valorada por los centros educativos de otras comunidades. Comenzamos abriendo la puerta a un público que venía buscando las huellas del artista por una vinculación personal y ahora las puertas se abren para un público muy diverso no sólo en edad y conocimientos sino también en procedencia. Creo que no lo estamos haciendo nada mal.

P. ¿Qué opinas de la situación actual de los museos (falta de fondos, carencia de personal, etc)? ¿Qué propuestas pondrías sobre la mesa para solventar la situación?

R. Por una parte, tal como comentaba antes la sociedad actual de nuestro país no siente que la cultura sea un bien educativo y eso hace que nuestra estructura sea muy débil frente a la crisis. Hay que incentivar el “consumo” de cultura sin culpabilizar solamente a las instituciones públicas. A veces, somos los propios profesionales del arte los que en nuestro afán de intelectualizar toda acción cultural alejamos al público y desactivamos el consumo.

En un ámbito interno, hay que ampliar el trabajo en red. Sumar esfuerzos y aprovechar sinergias. Yo siempre digo lo mismo: cuando vas a un congreso de educación todo el mundo te cuenta los proyectos que ha realizado pero nadie te explica cómo los ha hecho ni las dificultades que se ha encontrado por el camino. Tenemos que ser más transparentes entre nosotros y aprender a compartir.

P. También impartes clases y conferencias, ¿crees suficiente la formación artística y cultural en el sistema educativo español?

R. Absolutamente no. En los niveles básicos educativos el arte está relegado a un mero escenario de desahogo creativo para el niño cuando desde el arte se puede reforzar el conocimiento de cualquier materia del currículo.

En el ámbito universitario existe una total desconexión entre las materias impartidas en las aulas y las necesidades reales del mercado. Se sigue enseñando al alumno a memorizar datos pero en ningún caso se potencia la capacidad reflexiva y crítica del mismo, algo que es fundamental en la construcción de un futuro tejido cultural.

Por otra parte, habría que desmitificar ciertas profesiones. Hoy en día hay muchos estudiantes que quieren ser comisarios porque les parece glamuroso y una forma de ganar mucho dinero y en la mayoría de los casos lo que hay detrás es muchísimo trabajo y mucha hambre a fin de mes.

Museo Oteiza (Navarra)
P. Algunos estamos en el mismo camino que tú aunque nos queda mucho por andar para alcanzarte ¿qué consejos nos darías a los museólogos y aspirantes? ¿Crees que es una profesión necesaria, de futuro?

R. No creo que deba dar consejos a nadie pero si recordar que esta es una profesión absolutamente vocacional. El que quiera ganar dinero y tener un horario fijo que se dedique a otra cosa.

Es una carrera de fondo que te obliga a no bajar la guardia nunca y eso hace que tengas que ser una persona curiosa y con ganas de aprender constantemente porque si no  te quedas en el camino.

Y algo que es fundamental hoy en día es la capacidad de trabajar en equipo y tener conocimientos de otros departamentos y funciones porque te ayudará a trabajar de forma transversal. Ya no vale eso de que el conservador es conservador, el comisario es comisario y el educador es educador.

Estamos pasando un momento difícil en el que hay que rediseñar y replantear parte de las estructuras culturales así como nuestra forma de trabajar en ellas, pero siempre será una profesión de futuro porque el arte es un órgano vital de nuestra sociedad. 


jueves, 12 de diciembre de 2013

CIRCUNSTANCIAS

Hola a todos,

Hace más de un mes que no escribo y me siento en la obligación de dar explicaciones. Os debo mucho a los que me seguís y qué menos...

Estos meses están siendo extraños y difíciles. Aún más, si cabe, que los anteriores. Cosas mejores y peores pero todas ellas han requerido de mi atención al 100%.

Ganas no me faltan. Nunca lo hacen. Ellas siempre están ahí empujándome a que escriba, a que hablemos, compartamos y disfrutemos sin que la distancia importe para sacar conclusiones que cambien el mundo, el de la cultura en particular y el de todos nosotros en general. Varios temas rondan mi cabeza pero no se me escapan. Están instalados esperando el momento propicio para salir.

Creo que la semana que viene publicaré. Espero que sigáis con ganas de leerme.

¡Abrazos!

lunes, 28 de octubre de 2013

Capítulo 48. INERCIA.

Por sexto año consecutivo, LABoral y el Instituto Asturiano de la Juventud, han dado la oportunidad a un artista joven  asturiano de producir, exhibir y difundir un proyecto artístico pensado propiamente para las instalaciones de LABoral, a través del premio LABjoven_experimenta. Me gustaría señalar la importancia de esta iniciativa que, junto con muchas otras que se llevan a cabo en el centro de arte, apuestan por los artistas que comienzan su dura carrera en el mundo artístico. Si iniciativas como esta son necesarias siempre, en este momento de crisis que tanto daño está haciendo a lo cultural, cobran mucho más sentido. Apoyar a la comunidad en la que estás inmerso como institución cultural no pueda más que crear riqueza y generar relaciones de compromiso, confianza y respeto, haciendo que la sociedad te reconozca como parte indispensable de la misma.

David Martínez Suárez ha sido el ganador de la convocatoria de este año. Su proyecto Inercia, se inauguró el pasado día 11 de octubre. Licenciado en Bellas Artes,  con máster y diversas becas, David, aunque joven, ya está creando un lenguaje propio. Él mismo define su trabajo de la siguiente forma:

“Entiendo el trabajo desde los resultados de una operación técnica, donde se incorporan elementos que permiten la aparición del contendido, pero no como un contenido o discurso previamente definido al que se deba dar una solución material. No me interesa este tipo de resultado sino el lenguaje que lo produce, y la transparencia en las variables que hacen posible su construcción”

Para este proyecto, David ha utilizado diferentes materiales y medios expresivos. Desde la escultura, la instalación, el vídeo propio o el montaje fílmico, valiéndose para trabajarlo de las instalaciones  del centro de arte.





La idea nace de tres lugares diversos: una cita de Baudrillard en la que usa la palabra inercia para hacer referencia a los movimientos sociales (tan importantes en este momento), la película Streets of Fire de Walter Hill (1984), y los elementos y personajes de la saga de vidojuegos Halo

En el montaje expositivo podríamos diferenciar tres ejes que se relacionan entre sí estética y temáticamente: 

-Vídeo: en uno de los lados de la sala encontramos tres pantallas que en loop nos muestran imágenes de la película Streets Of Fire. Cada pantalla nos da unas imágenes diferentes que al interactuar crean una nueva narración al gusto del visitante: explosiones, imágenes de él, imágenes de ella. Justo frente a estas pantallas encontramos proyectado en la pared, la videcreación en la que David nos enseña a dos niños jugando al videojuego junto con imágenes de la escultura de John-117, protagonista de Halo, grabado como un gran héroe rodeado de montañas.




-Instalaciones: concentradas en diferentes módulos, las instalaciones nos recrean algunos de los escenarios en los que se desarrolla el videojuego Halo. Los materiales llaman la atención en este caso pues ha usado tableros de madera e impresiones 3D que dan la sensación de inacabado, pero aportando siempre algún elemento que nos lleve y haga referencia a ese momento concreto, a ese espacio exacto que en la pantalla no puede pasar de las dos dimensiones.




-Esculturas: John-117 está representado en decenas de esculturas de pequeño formato que parecen hablarnos de los diferentes Johns que encontramos dentro de un mismo personaje. Esas múltiples personas que escondemos en nosotros mismos y que pueden incluso tomar, por inercia, diferentes direcciones sin dejar de formar parte del todo. Del sujeto.




Yo, haciendo mía la explicación que David ha dado de su trabajo, he construido mi propio significado de la exposición. En mi opinión, en la sala se siente, son palpables los diferentes roles que puede adoptar el visitante/participante. Cuando jugamos a un videojuego como Halo, nosotros nos convertimos en parte activa de la acción. No sólo somos espectadores sino que tenemos la posibilidad de decidir, dentro de las opciones posibles, qué sucederá. Las representaciones de John reflejan claramente esta cantidad de posibilidades, de conseguir, según quién juegue, diferentes Johns. En los vídeos, nosotros no podemos interferir, debemos relacionarnos con las imágenes desde la distancia. Pasamos a ser sujetos que miran y la única posibilidad de creación/acción es la que establecemos en nuestra mente relacionando las imágenes, no solo entre ellas, sino con nuestras vivencias propias. Por último, las instalaciones nos obligan a movernos, nos animan a caminar por la sala también como observadores pero con capacidad de seleccionar, de elegir y sacar nuestras propias conclusiones.

Inercia nos invita a jugar con las imágenes, con los espacios, con la narración, haciendo que adoptemos las diferentes formas de enfrentarnos a una pieza, a una idea, que nos llega desde diferentes ejes temáticos y se concentra en una reflexión sobre la situación de la sociedad actual.

También encontráis este artículo en la web de LABoral. En #LABlog.

English Version.


lunes, 21 de octubre de 2013

Capítulo 47. VUESTRO ARTE. LAS REDES DE TODOS.

Como ya sabréis todos, el pasado 27 y 28 de septiembre tuvo lugar el encuentro "Arte y Redes: Agentes y Contenidos" en Etopía, un nuevo centro para el arte y la tecnología en Zaragoza.

Cuando recibí la invitación para participar como ponente, estuve a puntito de borrarla pensando que era alguna nueva newslettter en la que me habían incluido. Por suerte no lo hice. Abrí el correo y, ¡sorpresa!, me estaban invitando, a mí, como ponente. ¿Yo?

Esto me obligó a plantearme muchas preguntas. La primera y más importante: ¿soy un agente que difunde y promueve el arte en las redes? Pues parece ser que sí. A ver: ¿investigo sobre arte contemporáneo y lo comparto? Sí. ¿Escribo y reflexiono sobre arte, museos y redes sociales? Sí. ¿Me he incluido en una comunidad con mis mismos intereses, aprendo y crezco con ellos? Sí. No os creáis que es fácil darse cuenta de que eres una voz a la que algunos gusta oír, por hacer, decir y pensar sobre arte y museos con ganas, por pasión y conseguir reconocimientos que nunca hubieras pensado. Es como poco, para saborearlo y disfrutar.




El segundo paso, la siguiente pregunta fue: ¿y qué les cuento? ¿Y qué iba a contar si no es mi propia experiencia? No creo que mi experiencia sea un modelo de nada, ni que mis consejos sean más válidos que los de cualquiera, pero llegados a este punto, en mi cabeza tengo unas pocas ideas claras: ¿qué he hecho para llegar hasta aquí? Quizá algunas de ellas os sirvan a vosotros. Sería estupendo.

Pues el día 26 me fui de viaje a Zaragoza, es decir, me crucé la península. Iba tan asustada como emocionada. Asustada porque, aun habiendo ya participado alguna vez en una mesa redonda, nunca había sido "tan en serio". Emocionada por muchas cosas: encontrarme con colegas que son AMIGOS (lo pongo en mayúsculas porque son amigos mayúsculos); conocer a otros nuevos con los que, seguro, compartiré, disfrutaré, aprenderé y discutiré; desvirtualizar a artistas y profesionales que admiras y conoces por sus obras, libros, aportaciones. La cosa prometía y no hizo más que mejorar.

El día 27 comenzó la jornada. Apenas tuiteé pues reconozco que prefiero no perder detalle de lo que se dice y estar pendiente de las redes me hace despistarme. Disculpadme. 

Primero habló Soledad Gómez, compañera y paisana, que nos dio una visión general de los grandes cambios tecnológicos que han influído de forma decisiva en el mundo del arte. Siguió Remedios Zafra, conferencia en la que no pude ni parpadear por la gran cantidad de información aportada y lo interesante del tema: la identidad en la red y cómo los artistas la han usado en obras por y para internet. Más tarde, Domenico di Siena (Think-Commons) y Carmen Morales Martínez (Tucamon) compartieron sus experiencias como creadores y difusores de contenidos desde dos perspectivas muy diferentes: institucional y no institucional.

La tarde comenzó fuerte. Fue Juan Martín Prada quien dio inicio con "poéticas (visuales) de la conectividad". Intervención que veré muchas veces para sacarle todo el jugo, todo el conocimiento y descubrimiento que contenía. Para finalizar, mesa redonda de artistas: Cristina Riera como moderadora acompañada de María Sánchez, Abel Azcona, Antonio R. Montesinos y el representante de Intimidad Romero. Nos dejó boquiabiertos no solo por lo mucho que tenían que contar todos los que la formaban, experiencias que se enriquecen con la red, arte que llega mucho más lejos gracias a ellas. Además por la (re) presentación del (re) presentante de Intimidad que, en mi opinión, nos deleitó con una performance de unos 40 minutos dejando a sus compañeros sin apenas tiempo (ejem...). Por suerte, a Cristina se le ocurrió seguir la mesa días después en twitter.

Fue un día intenso, de esos a los que quieres volver una y otra vez.

Y llegó el sábado. La primera conferencia corrió a cargo de Javier Díaz-Guardiola que nos contó los nuevos retos a los que se enfrenta el periodismo cultural en la red. 

Justo después de la visión del periodista, nos tocó el turno a las bloggers. El no periodismo que muchos creen que sí lo es.




Nuestra mesa fue moderada por Kamen. Él ya sabe que le aprecio y admiro, y tras ella, solo puedo hacerlo más. A mi lado, mis colegas, amigas, compañeras Nuria García (Veo Arte en todas pArtes), Pilar DM (El Dado del Arte) y Nati Guil (Musas 20) abriéndonos, como yo hice, su proyecto, sus blogs, como canales de enriquecimiento, diálogo, reflexión entorno al arte, a la sociedad, a los museos. Salieron a la luz problemáticas como la discriminación de género, las colaboraciones, la crítica a las instituciones, etc, que son los puntos candentes de esto que hacemos "por amor al arte".




Acabó y poco a poco nos fuimos yendo, todos, con una sonrisa y habiéndolo pasado increíble, no me queda duda. Rut lo cuenta muy bien en su blog y Mónica lo recogió todo en un storify.

Agradecer mil veces a Araceli Corbo, Carlota Santabárbara, al equipo de Etopía y al del Musac, por la oportunidad que me dieron, su compañía y su cariño.

Espero volver a veros muy pronto. Es un gusto tener a gente que me aporta tanto tan cerca, aunque para ello necesitemos de una pantalla.




lunes, 7 de octubre de 2013

Capítulo 46. UNIVERSO VÍDEO: EL OTRO AUDIOVISUAL ESPAÑOL.

“La vida es sólo una explosión al ralentí, y yo pretendo comprimirla hasta convertirla en éxtasis, en eterno instante.”

José Val del Omar

El próximo día 21 de octubre y hasta el 5 de enero de 2014, tendrá lugar en LABoral la tercera muestra de este año “Universo Vídeo”. Ya desde 2011 LABoral ha mostrado un claro apoyo a este tipo de disciplina artística, propiciando su reflexión, su difusión y el análisis de un lenguaje tan próximo (por cotidiano) pero tan útil para la experimentación, para la emoción, para la transmisión de ideas y sensaciones.

Snow, Verónica Ibarra

En este caso, Alfredo Aracil comisario del proyecto, ha decidido centrarse en la creación audiovisual contemporánea española. La exposición está coproducida por LABoral y el Festival Internacional de Cine de Gijón, y esta colaboración no solo comprenderá la propia muestra, donde se pretende crear flujos de ida y vuelta para aquellos espectadores preocupados por las expresiones más experimentales de la imagen en movimiento. Además, uno de los autores que participan en la exposición tendrá la posibilidad de disfrutar de una residencia de producción de dos semanas en el centro de arte. La pieza que dé como resultado se presentará en la próxima edición del FICX, la número 52, en el 2014.


Val del Omar fuera de sus Casillas, Velasco Broca 

Y es que la creación audiovisual española es rica, aunque quizá, poco conocida. Ya desde los inicios del cine con Segundo de Chomón, frecuentemente comparado con Méliès, genios que ahora empiezan a considerarse y estudiarse con el mimo que merecen como el granadino (mi paisano) José Val del Omar o Basilio Martín Patino, hasta jóvenes creadores que muchos ya tenemos como referentes de la actualidad como María Cañas (La Archivera de Sevilla), el colectivo “Left Hand Rotation” o los que participan en esta muestra.

Es una constante que la creación audiovisual más atrevida, crítica y rompedora (cine experimental, videoarte) se haya desarrollado en los márgenes. No debe sorprendernos pues estar en el margen posibilita la libertad creativa y de acción. Sin embargo, alegra saber que los autores han encontrado vías alternativas para seguir produciendo. Lo fue antes y lo sigue siendo ahora. Muestra de ello son la gran cantidad de plataformas nacidas del esfuerzo y la colaboración, que difunden, promueven y acercan estas creaciones a todo aquel que esté interesado. Playtime Audiovisuales, Márgenes, Hamaca, InMediTerraneum: Festival Internacional Simultáneo de Videoarte, Festival L’Alternativa o A Window in Berlin, son ejemplos de ello. Todos estos proyectos, aunque algunos puedan recibir apoyo institucional, nacen de lo privado, del deseo de personas que creen y crean arte para ver en pantalla.

Alfredo Aracil ha colaborado con una de estas plataformas para la producción de la muestra. Ha sido PLAT y siete de los autores con los que ellos trabajan, los seleccionados para acercarnos este vistazo del panorama audiovisual español contemporáneo.


Louie's Toy Garden, Guillermo G. Peydró

PLAT, nombre tomado de la abreviatura de plataforma y también como homenaje al laboratorio donde Val del Omar llevó a cabo todas sus experimentaciones visuales: “Picto Lumínico Audio Táctil”, del que pudimos ver una recreación en la exposición que realizó el Reina Sofía sobre el cineasta el pasado año (laboratorio ahora integrado en la exposición permanente), es un portal dedicado a la difusión del audiovisual español más experimental e independiente. Es muy notable su posicionamiento, ya que en tan solo unos meses se ha convertido en portal de referencia. Su compromiso directo con los autores y su apuesta por el libre acceso, han sido las claves del éxito.

Esta plataforma nace de la inquietud de Kinora, Asociación para la alfabetización, difusión e investigación audiovisual, creada por y para los autores cinematográficos y agentes del sector, que pretende detectar problemáticas compartidas, intercambiar ideas y poner en marcha posibles soluciones.

PLAT es un archivo fílmico que trabaja en contacto directo con los creadores, sin intermediarios, que aboga por el fácil acceso a los contenidos para la ampliación del público más allá de los círculos más especializados. La implicación de sus miembros y la interacción de éstos con el público es en PLAT requisito indispensable.


Kubrick, Chus Domínguez

Los autores y obras seleccionados por Alfredo Aracil, son los siguientes:

-Samuel Alarcón (Madrid, 1980): con sus obras “La Caja de Medea” (2013) y “Paseos Por La Ciudad De Los Signos” (2009). Realizador que ha tocado tanto cortometrajes como largometrajes, desde el documental hasta la ficción. El drama, thriller o los ensayos fílmicos forman parte de su filmografía.

-Albert Alcoz (Barcelona, 1979): con sus obras “6FT” (2011) y “Send Me A Copy” (2011). Usa diversos formatos como super 8, 16mm y vídeo, aplicando técnicas como el found footage (también llamado “cine reciclado”, “cine apropiado” o “cine sin cámara”), donde el montaje toma gran relevancia.

-Velasco Broca (Amurrio- Álava, 1978): “Val del Omar Fuera De Sus Casillas” (2010) y “Escritura Digital nº63" (2009) son las obras que se mostrarán. Su producción se centra en el cortometraje y la videocreación, usando técnicas como el cine reciclado.

-Chus Domínguez (León, 1967): participa con “Kubrick” (2012) y “La Sortie” (2008). Partiendo de imágenes de lo real construye con ellas nuevas narraciones poéticas, documentales y experimentales.

-Guillermo G. Peydró (Madrid, 1981): sus obras “Art Of The Actor” (2011) y “Louie’s Toy Garden” (2011) son las obras seleccionadas para la exposición. Su producción se centra en la relectura (recontextualización) de imágenes del pasado y del presente, que provienen tanto del mundo del arte como del ámbito personal.

-Verónica Ibarra (Madrid, 1973): “Anatidae” (2012) y “Snow” (2011) forman parte de Universo Vídeo. Cinéfila desde pequeña, siempre supo que sería directora de cine. Sus obras tocan la poesía visual y la ficción, interesada en emocionar.

-Alberte Pagán (Galicia, 1965): “Eclipse” (2010) y “Faustino 1936” (2010) son las dos obras seleccionadas. Lo antropológico, lo social, la poética visual, el documental, la videocreación, son ingredientes que conforman las piezas de este cineasta, escritor y comisario gallego.


Autores muy formados, cinéfilos, que manejan los códigos. Saben qué se ha hecho y aportan su visión haciendo evolucionar, mutar el lenguaje combinando lo experimental y las características propias de la disciplina. Hay grandes creadores aquí, debemos apoyarlos y conocerlos. Iniciativas como esta exposición en LABoral nos lo ponen fácil. Estemos atentos a la creación audiovisual actual. Hay mucho de lo que disfrutar y descubrir en ella.

También encontráis este artículo en la web de LABoral. En #LABlog.

English version.


viernes, 6 de septiembre de 2013

Capítulo 45. DE CARA AL PÚBLICO.

Normalmente los profesionales de museos nos perdemos teorizando durante horas sobre la forma de acercar el museo al público. Al visitante. Estas teorías son positivas para el desarrollo y construcción de nuevas estrategias y líneas de pensamiento que consigan que, finalmente, el museo sea un lugar en el que todos tengamos un espacio, en el que todos podamos encajar, aprender, compartir y disfrutar. Pero... ¿Y si nos estamos olvidando de lo más básico? Cuando vamos a un museo, ¿en qué nos fijamos primero?

Pues sí, creo que se nos había olvidado, al menos a mí, tratar un tema que es tan importante como todos los demás: los trabajadores que están de cara al público. Y me gustaría puntualizar. No me refiero a, por ejemplo, el departamento pedagógico aunque ellos también estén de cara al público. Me refiero a todos aquellos que están (yo también lo estuve) en la recepción, librería, como vigilantes de sala, etc. Digamos, los encargados de "servicios". 

Estoy segura de que cada uno de los que leeréis este post habéis tenido una mala experiencia con algún vigilante o recepcionista, ¿verdad?. Es curioso que estas malas experiencias suelen darse mucho más en los museos de nuestro país que en el extranjero, sobre todo en el ámbito anglosajón donde las críticas a estos trabajadores suelen ser positivas, y además, las contamos con sorpresa.



Por supuesto, podemos tener la mala suerte de encontrarnos con alguien que tenga un mal día pero, ¿por qué esta sensación es tan generalizada?.

Quizá deberíamos comenzar analizando la situación laboral de este personal. No siempre, pero en muchos casos, es personal subcontratado, por ello, el sueldo suele ser menor del que en principio les debería corresponder, ya que la empresa intermediaria toma su parte. Los contratos también suelen ser peores que si contratara el museo directamente. En ocasiones, los trabajadores de limpieza ganan más y tienen mejores condiciones que este personal. ¿Y esto está en consonancia con la preparación que se exige para el puesto? La respuesta es no. Aunque, como siempre con excepciones, para este tipo de puestos se exigen idiomas, una formación universitaria afín (historiadores del arte, etc) e incluso personas con una formación superior que esperan una oportunidad.

Como comprenderéis, la situación que os dibujo es frustrante e injusta. De todas formas, tampoco eso debería justificar la hostilidad con la que somos recibidos o amonestados en un museo. Por ello, ¿se valoran cualidades tales como la amabilidad, la predisposición, la rápida toma de desiciones, etc, a la hora de contratar al personal que estará de cara al público? ¿Deberían tener más peso estas cualidades personales?

Pero seguiré haciendo una descripción de la situación de la mayoría de estos trabajadores. Creo que no me equivoco al afirmar que ellos no son tenidos en cuenta por los especialistas. Los curadores o comisarios, los directores, los conservadores, apenas recaen en su presencia. No los conocen. A veces ni dan los buenos días cuando, incluso, no hay diferencia en la formación o capacidad. 

Blog Bibliotecas Especializadas de Zamora


Desde el museo no se les forma, no se les da material para que investiguen sobre esta o aquella exposición, no se les da unas reglas básicas de cómo deben dirigirse al visitante, no se les trata como parte fundamental del equipo, que en definitiva, es lo que son.

Podemos tener unas buenísimas campañas de difusión, pedagogía, participación, pero si este primer eslabón del complejo sistema que es un museo no se cuida, no se elige con mimo, no es tratado adecuadamente, todo el trabajo fracasará.

Cuando hablamos de un equipo que trabaje unido, de departamentos que trabajen de forma transversal, de que exista una relación fluida entre los trabajadores, tendemos a olvidarlos y cometemos un gran error. Ellos son nuestra carta de presentación, son la cara del museo y deben ser tratados como parte del engranaje que lo sostiene.

Con este post me gustaría reivindicar no solo una situación digna para este tipo de personal, esto lo pido para cualquier trabajador, también quiero pedir la inclusión de los mismos dentro del cometido y las acciones del museo. Que se les dé la relevancia que en efecto tienen.



lunes, 12 de agosto de 2013

Capítulo 44. CREO EN LA CONTRADICCIÓN

Creo en la contradicción. Creo en su fuerza, su poder, su capacidad para hacer que avancemos. Creo que las contradicciones propias y ajenas son el punto en el que más se aprende de uno, de los demás, del mundo.

Creo en la confusión propia como estado en el que me re-considero, re-pienso, re-valoro, re-encuentro.

Creo en la no-verdad. En que la verdad absoluta no existe y en que todo aquel que cree y ha creído poseerla, sin duda alguna, está equivocado.

Creo que los momentos de lucha con uno mismo, con los demás, lo social, moral y generalmente establecido, son los momentos en que es posible la creación sea artística, literaria, personal, etc.

Creo que me equivoco constantemente. Creo que el saber que me he equivocado, reconocerlo y buscar las posibles soluciones, me hace estar viva y tener algo que compartir con vosotros.

Creo que éste, quizá, sea el texto más corto que he escrito pero uno de los más intensos y profundos. Creo que vosotros podréis no estar de acuerdo y eso me alivia.

Solamente creo. Casi siempre creo que no sé nada y eso me hace seguir indagando.

Estoy buscando. Gracias por acompañarme.


domingo, 14 de julio de 2013

Capítulo 43. NUESTRA BREVE, LARGA HISTORIA

En marzo de 2012, os presenté en el blog un proyecto del que me había enamorado. Como ya imaginaréis, hablo de la serie de microcortos La Breve Historia. Os dejo el enlace del artículo (es uno de mis favoritos del blog) para que refresquéis la memoria o para que lo leáis por primera vez.

En este tiempo La Breve Historia ha crecido, y como no podía ser de otra forma, este crecimiento no ha sido sólo en número sino también en perspectiva, repercusión y difusión. 





En junio de 2012 se presentaba La Nada, historia protagonizada por Miguel Diosdado que nos narra cómo a través del sueño conseguimos eludir la soledad y recrear la vida que queremos. La vida con ELLA: "A veces algo cambia en la realidad y el sueño tiene la necesidad de darle un sentido al cambio".





El pasado 6 de junio, se presentó La Guerra Fría en Madrid, el último corto. El número 9. Inés y Pablo, los directores y creadores de estas historias, me invitaron y estuve encantada de asistir y conocerlos. Desde que me puse en contacto con ellos para escribir aquel primer artículo, nos seguimos de cerca. No quiero que se me escape nada. Hay que dejar espacio a lo bello que entra por casualidad en nuestro día a día.



"Hay una guerra entre la gente que está sola y la que no, pero todos hemos estado en los dos bandos". Esta frase sirve de introducción, de aperitivo, para La Guerra Fría. Nadia de Santiago, Vicente Navarro y Nico Romero son los actores encargados de mostrarnos dos formas diferentes de afrontar una relación fallida: el que opta por la soledad y el que necesita recomenzar rápidamente, repitiendo momentos e instantes. Para este último corto pidieron fotos a sus seguidores en redes sociales, que se incluirían en la historia. Creo que fui de las primeras en aportar la mía. Como digo, pequeñas cosas bellas que nos sacan una sonrisa un día que no lo esperabas.

¿Y qué mejor para conocer el proyecto y su evolución que a través de las palabras de Inés y Pablo? Les he hecho una breve entrevista que podéis leer a continuación:




- ¿Cómo os conocisteis y decidisteis comenzar esta colaboración?
Nos conocimos cuando empezamos a estudiar Comunicación Audiovisual en Madrid en el 2007, desde poco después tuvimos las ganas de hacer algo juntos, de contar nuestras historias, que estaban muy en sintonía. El proyecto comenzó en el 2010, y después decidimos utilizarlo como Proyecto Final de Carrera. Entonces sólo iban a ser cinco breves historias y ahora vamos a por la décima.

- ¿Teníais la idea desde antes de conoceros o surgió conjuntamente?
Conjuntamente. Desde que nos conocimos vimos que teníamos ideas muy parecidas. Una vez que nos lanzamos al proyecto, utilizamos textos que ya teníamos escritos y también escribimos unos nuevos. Los diferentes guiones casaban muy bien entre ellos y así nació La breve historia.




¿Qué dificultades encontrasteis a la hora de poner el proyecto en marcha? ¿Os decidisteis por la financiación colectiva por tener mayor libertad de maniobra?
Sobre todo notamos la falta de conocimientos técnicos. Todo era un poco ensayo y error. Mucha, mucha intuición. En cuanto a la financiación colectiva, fue la única solución que vimos en ese momento. Probamos suerte y funcionó. Desde luego, sin el crowdfunding no podríamos haber hecho todo lo que hicimos y cómo lo hicimos.

¿Cómo os distribuís el trabajo? ¿Delegáis o tomáis todas las decisiones en común?
Siempre escribimos por separado cada uno su idea. Después discutimos el guión los dos y nos lanzamos a prepararlo. La dirección es compartida 100% aunque podemos delegar el uno en el otro en las cuestiones que mejor se nos dan. A medida que La breve historia crece hemos pasado a ser un equipo de dos a un equipo mucho mayor. Ahora contamos con más gente que participa en que el corto salga adelante.




- Y el resto de colaboradores, ¿cómo conseguisteis el equipo?
Son todos amigos y compañeros que les gusta el proyecto y que les apetece trabajar en él. Nosotros encantados de poder tenerles cerca y que se involucren tanto.

- En todos los cortos de La Breve Historia hay una sensación de desasosiego, de búsqueda y de inconformismo ¿Reflejan vuestra actitud personal ante la vida? ¿Creéis que son sentimientos típicos del momento que vivimos?
La breve historia tiene mucho de nosotros, volcamos mucho desde dentro en cada cortometraje. Es cierto que la época en la que nos ha tocado vivir ha influido mucho en la forma en que vivimos, a veces todo parece inseguro y fugaz. Estamos más conectados que nunca pero a la vez más aislados que nunca. Y todo esto puede verse en nuestras historias.

- ¿Cuál pensáis que es la clave para conectar de forma tan directa con el público, para emocionar como lo hacéis?
Nosotros tratamos sentimientos universales, que todos hemos conocido alguna vez. Contamos una historia común que todo el mundo puede continuar con su propia y única historia.

- ¿Qué referencias artísticas y musicales tenéis en mente en vuestro proyecto? ¿Qué obras os inspiran?
Nos emociona desde estética de Julio Medem hasta la de series como Skins; el aislamiento de cualquier personaje de Wong Kar Wai; el juego imaginación/sueño/realidad de películas como La ciencia del sueño y Olvídate de mi de Michel Gondry o de Beginners de Mike Mills, etc.

- En vuestras dos últimas historias La Nada y La Guerra Fría siento que hay un cambio que las une, el deseo de no estar solo, el echar de menos esa relación que necesitas. ¿Existe esta relación directa entre ambas?
Los temas de La breve historia van evolucionando, al igual que nosotros vamos creciendo poquito a poco o lo que sentimos va cambiando. Es cierto que tanto La nada como La guerra fría abordan diferentes formas de hacer frente a la soledad. En el caso del personaje de Miguel Diosdado en La nada, su respuesta era la negación, la angustia, la desesperación. En cuanto a los personajes de Nadia de Santiago o Vicente Navarro en La guerra fría, estos no niegan su situación, pero la abordan de formas totalmente opuestas.

En La Nada el protagonista intenta apresar sus recuerdos (soñados) escribiéndolos en la sábana. ¿Es un guiño a la película del año 2000 de Christopher Nolan, Memento?
Ninguno de los dos hemos visto Memento. La idea de escribir los sueños en la colcha nació hace algunos años. Teníamos un amigo que escribía en su blog lo que había soñado la noche anterior. Le comentamos que a nosotros nos sería imposible hacer eso, porque sólo nos acordamos de lo que soñamos justo cuando despertamos, que a lo largo de día lo vamos olvidando. Dijimos que la única solución sería tener un boli en la mesita y escribir de qué iba el sueño en la propia colcha al abrir los ojos.

¿Ha influido en el éxito de La Guerra Fría contar con una actriz tan conocida como Nadia de Santiago? 
Una cara conocida siempre ayuda a que la gente se anime a ver un corto. Además Nadia se ha involucrado muchísimo en el corto y en el proyecto, y eso siempre se nota en el resultado. Es un lujo poder contar con ella.




- ¿Seguirán las breves historias? ¿Tenéis ya la próxima en mente?
Seguirán, eso sí. No te podemos dar una fecha concreta pero hay una breve historia lista para grabar y un par más de ellas en la recámara. Mientras haya historias que contar…

...Y nosotros seguiremos pendientes para vivirlas, porque ellos saben hacer bello lo cotidiano, reflejarlo con sutileza, acercarlo con caricias. Las Breves Historias son un reflejo de inquietudes comunes, de sentimientos guardados, miradas personales despojadas del yo que cosifica, convirtiéndolas en un yo contemporáneo. Un yo que es tú y es nosotros. Uno que somos todos.

                                                                                                                        Gracias a Inés y Pablo
                                                                                                                            @labrevehistoria