miércoles, 29 de febrero de 2012

Capítulo 12. LA CULTURA EN ANDALUCÍA: ¡ANDALUCES!, ¡LEVANTÉMONOS DE UNA VEZ!

Andalucía me gusta, es normal, es el lugar donde nací. Supongo que a todos nos pasa eso. Pero eso no significa que no pueda ser crítica con muchas de las cosas que ocurren aquí. Es más, lo creo una necesidad. Mirarse el ombligo nunca ha sido sinónimo de progreso.

No es discutible la riqueza de nuestro patrimonio histórico-artístico, ni las posibilidades que de él se derivan. La construcción de cultura, la gran cantidad de profesionales, artistas, pensadores, gestores culturales, etc. ¿Entonces, por qué nos encontramos en esta situación?.

                                


Bien, creo que debería primero, decir cuál es, en mi opinión, la situación a la que me refiero. Me parece realmente asombroso que, teniendo esta materia prima y personas formadas para poderla difundir, conservar, estudiar, nos encontremos con un éxodo extraordinario de profesionales. Yo la primera, ya que a falta de salidas profesionales aquí, he estado y estaré encantada de ir allí donde se me reconozca y se me necesite.

¿Por qué, por ejemplo, en el ámbito de los museos es imposible conseguir un trabajo?. Te sientes afortunado si consigues una beca de 3 meses en la que no te pagan, haces el trabajo de un profesional (no en prácticas, sino, en la mayoría de ocasiones, suples la falta de ese profesional) y que no tendrá continuidad, porque claro, somos muchos y siempre habrá alguien dispuesto a trabajar gratis. En ocasiones, hasta consigues un puesto, que estará por debajo de tu formación o en el que las condiciones laborales serán pésimas. Pero te prometen que tu oportunidad llegará. Y no, no llega. 


                                  


Y bien, podéis decirme "ésto ocurre en toda España". Sí quizá, pero me resulta como poco curioso que, dejando al margen los museos a los que sólo se puede acceder aprobando una oposición, el resto están dirigidos y gestionados por profesionales de fuera. En principio no dudo de la valía de estos profesionales, aunque, ¿por qué no?, quizá deberíamos estudiar los casos. Lo resalto, porque me resulta muy significativo que ésto no sea una excepción, sino una constante en las instituciones museísticas. ¿Ejemplos?. No los creo necesarios, supongo que todos tenemos los nuestros en la cabeza...


                                    



Pero lo peor de todo no es eso. Lo más grave es que, al final, uno se acaba creyendo que todo lo de fuera es mejor. Que cualquier cosa que venga de más arriba de Despeñaperros, sólo por eso, ya es digna de que nos postremos. Estamos acostumbrados a ser siervos, a que los demás nos manden, nos digan qué y cómo, y nosotros obedecer. Y es que, no seremos reconocidos hasta que no nos reconozcamos nosotros. ¿Por qué estos complejos?, ¿por qué este sentimiento de inferioridad?.

Por otro lado, me aburre soberanamente la actitud de algunos andaluces culpando de todos nuestros males a los demás: el Gobierno autonómico, el central, Europa, EE. UU., o hasta a Dios "que nos dio esta maravillosa tierra, pero que nos hizo vagos". ¡NO LO SOPORTO!. 

Y nos enfadamos por los tópicos que circulan sobre los andaluces: que si estamos todo el día con el fino y las sevillanas, que si somos unos beatos retrógrados, que si viva la Semana Santa y la Virgen del Rocío... ¿Estamos haciendo algo, cada uno de nosotros, por cambiar esa imagen?. Yo sí, o eso creo y espero. Por ello me duele darme cuenta de que muchos prefieren ser "la Juani" de esa serie horrorosa que era "Médico de familia", a ser Lorca, María Zambrano o Falla.

Tenemos miedo de ser independientes. Poco a poco, van naciendo empresas e iniciativas culturales originales y de calidad, y aunque a trancas y barrancas, muchas van hacia delante. Podemos. Basta de excusas.


                                               

¿Y los que tienen la posibilidad de crear empleo?, los que tienen el poder adquisitivo para hacer de Andalucía un lugar próspero, con alternativas, ¿hacia dónde están mirando?. ¿Creen en sus conciudadanos?. Las administraciones públicas, ¿creen ellas o deciden dar a dedo los puestos relevantes en cultura, sin primero, sopesar el valor de los profesionales de forma igualitaria, democrática?.

Andalucía es una tierra extraordinaria, pero, mientras no seamos nosotros mismos los que nos valoremos, será difícil que lo hagan los demás.



martes, 21 de febrero de 2012

Capítulo 11. REFLEXIONES DE UNA NOVATA EN ARCO

Enfrentarse a la hoja en blanco es realmente duro. Más cuando es la primera vez que escribo sobre algo que no creo conocer del todo bien, o al menos, de primera mano. Nunca había asistido a una feria de arte, aunque por supuesto, he seguido las noticias sobre ellas. 

No quiero perder de vista en mis opiniones que las ferias, junto con las subastas, son por excelencia el lugar donde el arte es verdaderamente mercado. No es que en el resto de lugares o instituciones no lo sea, pero quizá en ellas se hace verdaderamente patente y, por ello, no debemos olvidar que primarán las sinergias propias del mismo, por encima de otras que pudiéramos considerar como más "espirituales" o "emocionales". Y al final, el valor sentimental del arte, ¿no es un valor añadido?. A veces me lo planteo seriamente, después, miro una obra de alguno de mis artistas preferidos o algún recién llegado que me fascina, y vuelvo a creer que el arte es algo más. Que puede cambiar en algo el mundo. Ésta es mi lucha interna, la batalla entre el objeto de mercado y el significado emotivo y de diálogo del mismo. Puede ser que los que han conseguido copar los dos ámbitos sean los grandes. Puede ser, quizá....

En principio debo decir que la feria me gustó, pero que al mismo tiempo me pareció poco atrevida, nada de transgresión, nada de riesgo, una apuesta clara por lo "clásico": pintura, algo de instalación y poco más. Es lógico pues, en tiempos de crisis, las galerías supongo que apuestan por los valores seguros, por las ventas claras, pero... ¡estamos en el siglo XXI!!!!, ¿qué pasa con los pioneros?, ¿con los que innovan?, ¿con los artistas más singulares que experimentan?. ¿Dónde está el relevo generacional?. De todos modos, es imposible negar el placer de contemplar un Bacon, algo de Marina Abramovic, unas fotografías de Mapplethorpe, etc. Y como no, saber el precio. Esas cifras que hacen que los ojos se te pongan como platos y que entiendas por qué tú nunca pertenecerás a ese grupo tan selecto. Lo bueno es que tengo ojos y algo de criterio creo que también. La capacidad de sorprenderme, ser crítico o emocionarme, no me la quita nadie.

Comenzaré hablando de Eugenio Merino y su obra "Always Franco". No puedo decir que no esté lograda, conseguida, eso es obvio, pero a mi parecer, no aporta nada. Bueno sí, polémica. Me da la sensación de que se ha seguido el dicho "que hablen de mí aunque sea mal". Me parece absurdo todo el revuelo organizado entorno a la obra, que al final, tampoco me parece tan crítica. Hay obras menos escandalosas que son mucho más afiladas, denuncian mucho más, pero claro, no son tan directas. Te debes parar a mirar y reflexionar.


Eugenio Merino


Hubo cosas que me hicieron sentir en casa, como la alegría de ver a "viejos" conocidos. Algunos que empiezan prácticamente su andadura y otros que llevan ya años luchando, buscando su sitio y que parece, lo van encontrando, cosa que me hace muy feliz. Entre ellos Javi Calleja, Santiago Ydáñez o Daniel Canogar.


Javi Calleja



Santiago Ydáñez



Daniel Canogar


Dos obras, dos autores, que no conocía y realmente me sorprendieron muy gratamente. Una de estas obras fue "Carroña" de Javier Pérez en la galería Carles Taché. Me fascinó por su elegante crítica, poesía visual, atrayente. La otra, que creo, pasó desapercibida quizá para muchos y que me mí me pareció fantástica, delicada, elegante, es la obra "Me despido de ti III" de Jorge Mayet (galería Horrach Moyà). Artista cubano afincado en Mallorca. Algunas de sus declaraciones para el "Diario de Mallorca": "Pienso en imágenes y creo que las imágenes contemporáneas están basadas en la realidad pura y dura. No veo la diferencia entre pintura y escultura. La imagen es lo que prima en lo que cada uno quiere contar"


Javier Pérez


Javier Pérez


Jorge Mayet




Quiero resaltar una galería colombiana, "El Museo", por algo lo latinoamericano está de moda. Buenísima calidad de obras y de artistas, como Juan Francisco Casas.

Juan Francisco Casas


Juan Francisco Casas



Muy interesante me pareció el stand de "El País" dedicado al graffiti. El que me gustara no deja de hacerme pensar sobre una cuestión: ¿Es necesario que un arte callejero se mueva en este tipo de eventos?, ¿no pierde así su sentido, su libertad, su capacidad crítica?. Ahí lo dejo...

                                     



                                     


       
                                     




Una obra a resaltar de Fernando Sánchez Castillo en la galería Juana de Aizpuru, es la siguiente instalación:


Fernando Sánchez Castillo
                                     

Una imagen simple, clara, que nos evoca los cuarteles de la Guardia Civil (con todo lo que eso conlleva) y que está cargada de crítica irónica. No es tan llamativa como "Always Franco" por supuesto, pero ahí, en su rincón, es tan afilada como la otra, o más. Sacude, transmite a la perfección la idea. Podríamos calificarla de conceptual, pero el concepto es claro. Para mí, mucho mejor ésta, a todas luces.


Por último podría subir imágenes de los clásicos que había por todos lados, pero no lo considero necesario, ya que todos sabéis quiénes son y qué galerías los mostraban. 

Pues para terminar, mi conclusión: ARCO valió la pena. Me gustó aún sin ser lo transgresor que esperaba. Los grandes son apuestas seguras y las galerías no están dispuestas a perder un euro. Una feria de arte comtemporáneo "clásico", pero de calidad, como no. Por otro lado, me encantó ver que había mucha gente joven, gente que parecía estar ahí como yo, sólo para observar y disfrutar, y de camino, aprender algo sobre todo ésto, que no es fácil. Así que en resumen, sí hay gente interesada por el arte contemporáneo y mucha. De todos los niveles además. Pero me preocupa una cosa. La accesibilidad. 40 euros de entrada es un precio prohibitivo para muchos de nosotros (estudiantes, personas en paro aunque profesionales del sector, etc). Yo me puedo dar con un canto en los dientes ya que entré, gracias a mis amistades dentro de estos espacios, con entrada VIP (¡yo VIP!!!!), pero me imagino la gente que le hubiera encantado ir y que no pudo por esta razón. Está claro, que no el arte en sí mismo, pero sí su mercado, su mundo, es elitista. Bienvenidos a esta partida de ajedrez. Los peones también sois importantes, aunque sea para hacer relleno.